1. Aventuras y desventuras húmedas: Segunda etapa (15)


    Fecha: 14/10/2019, Categorías: Incesto Autor: LilithDuran, Fuente: CuentoRelatos

    ... lapidaria al joven que sin entender muy bien el motivo, sintió cierto temblor en sus piernas, no le gustaba que le mirasen de esa forma… a nadie le gustaría. “Sabe lo de Alicia, seguro…” pensó mientras se quedaba a solas con Marta.
    
    —¿Vamos a los bancos que tienen tejavana? —señaló una zona a unos cuentos pasos de distancia y siguió diciendo—Tiene pinta de que en nada va a llover…
    
    Dicho y hecho. Como por orden divina, el cielo que llevaba todo el día repleto de nubes y oscurecido, decidió que era un buen momento para comenzar a descargar unas pequeñas gotas de agua. El suelo se comenzó a llenar de pequeñas manchas húmedas y los dos fueron a paso rápido a refugiarse donde el muchacho señaló.
    
    —No me equivocaba —comentó Sergio para romper un poco el hielo que recubría a Marta.
    
    —Sergio, me están esperando. Di lo que tengas que decirme. —Marta estaba muy incómoda.
    
    —Marta, por dónde empezar… me gustaría decirte tantas cosas y tan pocas a la vez.
    
    —Estamos de exámenes, este no es el mejor…
    
    —Ya —cortó el joven con una sonrisa—, lo sé. Sé que no te gusta que te desconcentren en esta época del año, como sé que te justa el chocolate con churros y ver las luces de Navidad cuando es noche cerrada. También sé que el invierno es tu época favorita del año, aunque te encanta dorarte al sol como un filete cuando vas a la playa. Marta, sé mucho de ti.
    
    —No sé a qué viene esto, mira de verdad, tengo prisa. —aunque el rostro ya no era tan gélido, Marta seguía sin querer estar allí.
    
    —Sé que lo nuestro… pues ya se terminó. No hace falta ser un adivino para eso, —Sergio sentía que las palabras fluían en su boca con mucha sencillez— pero no quiero que esta vez se repita lo mal que hicimos la anterior. La vez que lo dejamos, en verdad te odié, nunca te lo he dicho, pero te odié muchísimo. No entendía por qué me lo hacías, es que no comprendía nada de lo que pasaba. Me parecía tan absurdo, tan irreal…
    
    —Sergio…
    
    —No, Marta —le volvió a cortar con una dulce sonrisa y se acercó a ella. La joven no se alejó—, déjame que lo suelte todo. Mira, tus razones tendrías para dejarme por otro y creo que las sé, pero no me importa. ¿Sabes por qué?
    
    La muchacha todavía con el gorro de la chamarra puesto y los cuadernos bien agarrados, movió los hombros sin encontrar respuesta a la pregunta. Sergio apenas notó ese movimiento porque seguía centrado para no dejar de hablar.
    
    —Porque te quiero. Sí, no pongas esa cara, es así. Pero entiéndeme, sé que tú y yo ya hemos agotado nuestra relación y es mejor así. Sin embargo te lo vuelvo a decir, te quiero, te quiero mucho. Contigo he reído, he saltado, he cantado… lo he hecho todo, incluso podría decir que contigo descubrí el sexo.
    
    —Sergio, tío… que estamos en medio de la universidad, te puede escuchar cualquiera. —Marta algo avergonzada dio la espalda al camino por donde pasaba la gente.
    
    —Lo hemos hecho todo y quizá no conectemos para más tiempo, pero todos esos meses lo guardo para mí. Porque seguramente, ...
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