1. El niño del supermercado


    Fecha: 12/10/2019, Categorías: Gays Autor: Pavic, Fuente: SexoSinTabues30

    ... agitación del improvisado coito:
    
    -Estuvo increíble señor, nunca me habían acabado adentro, de hecho tenía mucho miedo, muchísimas gracias- expresó. -Sabía que me lo ibas a agradecer putito, lo sabía- le decía mientras pasaba mi lengua por sus orejas- -Mi entrenador siempre usa condón, y jamás me había terminado así, hasta cuando se la chupo también usa condón- contaba él -Pero que idiota es- le dije –yo feliz te acabaría en la cara, en tu pecho, en donde tu más quisieses, ¿tienes alguna red social en donde podamos mantener el contacto?
    
    Pero no alcanzamos a terminar nuestra plática de citas cuando la puerta sonaba fuertemente, nos habíamos olvidado que estábamos en un baño público de supermercado y nos vestimos rápidamente, me escondí en el último cubículo mientras una voz de mujer exhortaba con voz pronunciada:
    
    -Alonso, Alonso, ¿estás aquí? -Sí mamá, estoy aquí- respondió -¿Y por qué diablos cerraste la puerta? Abre ya- espetó ella -Me dolía el estómago mamá, y cerré porque me da vergüenza hacer caca con otros rodeándome- le explicó. -Pues apúrate y sal ya, debemos irnos- dijo su mamá.
    
    El muchacho iba camino a la salida, cuando lo detengo con mi mano, y abrazándolo con fuerza desde sus nalgas le di un beso de despedida:
    
    -¿Te llamas Alonso muchacho?- pregunté en susurro -Sí señor, y ¿usted?- -Pablo, Pablo Vicente para ti- -Encantado de haberlo conocido señor, vengo aquí todos los días quince del mes a esta misma hora- se despidió saliendo raudamente junto con su madre, quien parecía molesta por la demora del chico.
    
    Los seguí hasta el estacionamiento, para verlo una vez más. Mientras caminaba, advertía como unas cuantas gotas de semen iban cayendo por su muslo, el chico lo notó, las barrió con su mano, y tras olerla, las saboreó. Se subió al auto con su madre, y se fueron. Para el quince de noviembre lo vi nuevamente, sin poder concretar nada por el corto tiempo que estuvieron en el supermercado. Para el quince de diciembre, y aunque nos arrancamos, los baños estaban en mantención y tuve que conformarme con una mamada de cinco minutos en una de las escaleras de subterráneo. Para hace pocos días, quince de enero, alcancé a mamarle brevemente su culo en el asiento de mi vehículo y robarle unos cuantos besos. Veremos qué pasa al quince de febrero, cuando deba ir nuevamente por más víveres.
    
    Posiblemente, continuará… 
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