1. Crónicas vampíricas (I): Las vampiras bisexuales


    Fecha: 11/10/2019, Categorías: Lesbianas Autor: Aslam56, Fuente: CuentoRelatos

    ... clítoris hicieron contacto carnal. Con desesperación se frotaban en busca de mayores clímax que en poco lograron.
    
    Sus gemidos se ahogaron al estar boca con boca pegadas. Conforme pasaba la noche más frenesí hubo entre ellas. En eso, Gabrielle, vio una sombra parada en el pasillo. Era la joven sirvienta que las observaba a hurtadillas al haber dejado por descuido la puerta de la habitación abierta.
    
    En eso Patrizia, habló
    
    – Oye ¿Cómo te atreves a vernos? ¡Ven acá!
    
    Ely, la joven vampira, sabiéndose descubierta, con miedo apenas entró a la habitación. Aunque agachada de cabeza no dejaba de observar la desnudez de sus dos superiores. Patrizia, comenzó la reprenda, diciendo.
    
    - ¿Conque tenemos a una pequeña fisgona? ¡Quítate la ropa!
    
    Temblando, así lo hizo Ely. Fue revisada por la Baronesa de pies a cabeza. En ciertos momentos, le toca los senos y trasero para después decirle.
    
    – Vete a tu habitación ¡Largo de aquí!
    
    Le preguntó Gabrielle a su amiga.
    
    - ¿Deseas le aplique un severo castigo?
    
    Contestó la rubia.
    
    – Fue descuido nuestro. La vi desde que llegó pero me excito que estuviera de fisgona. No la castigues. Tengo planes para esa pequeña traviesa. Mira como escurre mi vagina de lo caliente que aún sigo. Me dejaste la vulva y tetas muy chupadas y la presencia de la sierva ayudó para calentarme más. Su castigo será que cuando estemos revolcándonos no cerremos la puerta de la habitación para que ella finja estar a escondidas observándonos.
    
    En las torres de las murallas sonaron las trompetas. Las grandes puertas de la Ciudad, se abrían para dar paso a Aslam y a sus mejores guerreros. Tras ellos, venían vampiros siervos arriando a animales de carga que arrastraban tres jaulas con ruedas llenas de asustados prisioneros humanos.
    
    Las dos mujeres al escuchar a los voceros anunciar el regreso del Señor de los Vampiros rojos, procedieron con premura a vestirse. Cinco minutos después recibían en la puerta principal del palacio al musculoso gigantón. Al verlo Gabrielle, corrió a sus brazos. Con un beso lo recibió mientras sus dedos acicalaban la melena negra del héroe sanguinario.
    
    Aslam, al observar a la Baronesa, le dijo.
    
    - ¿Qué haces aquí ave de mal agüero?
    
    Contestó Gabrielle.
    
    – Poderoso Señor, ella es mi amante y la invite a estar en mi cama. Tenle paciencia.
    
    Con su voz ronca contestó el poderoso Vampiro.
    
    – ¡Es hora de que se vaya! No es de mi agrado su presencia. A ti Gabrielle te necesito en mi cama. Ordena cambiar el colchón y cobijas no quiero percibir el olor de esa miserable a quién tú le salvaste la cabeza. Hace tiempo debió haber muerto.
    
    La baronesa, se retiró, no sin antes musitar – Algún día la pagaras Aslam. El alma de mi esposo que mandaste a la hoguera clama venganza.
    
    Los Duques, después de eso, fueron a los carromatos. Ahí los custodios sacaron de una de las jaulas a la joven bella que la Duquesa escogió para extraerle del cuello toda la sangre. No paró hasta que la mujer cayó muerta. La ...