1. A mamá le dolió el culo la primera vez.


    Fecha: 10/10/2019, Categorías: Incesto Autor: Jago, Fuente: TodoRelatos

    Los días pasaron y mi madre volvió a visitarme sola para ayudarme a limpiar mi casa y también para verme a mí, su nuevo hombre. Los dos nos habíamos declarado nuestro amor y nuestro enamoramiento en los anteriores encuentros que habíamos tenido.
    
    Fui a recogerla a la parada del autobús, y al llegar, la vi bajarse del mismo y estaba guapísima. Se había cambiado el color de pelo y lo llevaba algo más largo. Tría puesto un vestido azul algo escotado y por supuesto corto, por encima de sus rodillas y sus espléndidas piernas lucían en toda su belleza. En el primer relato que narré ya os hablé de las bondades de su cuerpo, sobre todo sus piernas y de lo maravilloso que fue declararle mi amor a ella. En el segundo conté como fue nuestro primer polvo con penetración y como los dos nos confesamos, de nuevo, nuestro amor mutuo y nuestro deseo de ser algo más que madre e hijo. Hoy la estaba recogiendo por tercera vez en la parada del autobús y al vernos nos dimos un beso no en la boca, pero casi, y eso que ella en la calle quería que tuviésemos máxima discreción.
    
    Nos dirigimos a casa y tomamos café juntos. Esta vez lo hicimos de pie en la barra. Mi madre y yo el uno frente al otro. Terminamos ese café y llegamos enseguida a casa. Una vez dentro solté su maleta y la abracé. “Mamá, mi amor, no sabes las ganas que tenía de verte, te amo”, le dije. mientras la abrazaba y la besaba en la boca. “Hijo mío, yo también me moría de ganas de verte”, me dijo, mientras correspondía a mis besos abriéndome la boca y pegándose a mi cuerpo por completo.
    
    Nos morreábamos como dos adolescentes, mi madre me abría la boca y dejaba entrar mi lengua. Bajé mis manos por su espalda y la agarré firmemente de su culo, mientras ella se pegaba a mí, de forma que podía notar completamente mi polla a la altura de su vientre.
    
    Nos acercamos a una de las paredes de mi salón y ella se apoyó en ella mientras seguíamos morreándonos. Yo estaba poniéndome ya a tono y por lo que aprecié ella también. Ni corto ni perezoso me puse de rodillas y puse mis manos en sus muslos. Los comencé a besar por encima del vestido y a su vez empecé a subírselo. Sus piernas empezaban a quedar al aire y me recreé en besarle los muslos. Sus piernas blancas me volvían loco y besárselas mientras le subía el vestido arrodillado, era para mí de lo más morboso y excitante.
    
    Estando así de rodillas ante su cuerpo le dije: “Mi amor…..mamá……..qué piernas tienes mamá………mmmmmm………me vuelven loco………mmmmmm……..sí madre…………..déjame que te suba el vestido………..mmmmm………..qué rico mamá…………Mi madre el verse así besada en sus muslos abrió sus piernas un poco.
    
    “Mmmmmm…..hijo mio…..que gusto…….que morboso eres mi amor…..mmmmmm…..así….. bésame las piernas…….mmmmmmm………qué me gusta verte así de rodillas……….uffffffffff………así mi amor……….ufffffff…………así, bésame las piernas hijo mio………….ahhhhhhhh.”
    
    Mi madre me sujetó de la cabeza y corrió sus bragas hacia un lado y me dijo: “Hijo mío……yo creo que buscas esto…….mmmmmm……..¿verdad ...
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