El salido de mi hijo - Relatos Eróticos

El salido de mi hijo

... debajo de mi culo y pelvis, los compré para mi hijo aunque me costó mucho decidirme, uno a comprarlos y otro a ponerlos. El primero que me los vio puesto fue mi marido que le encantaron yo me sentía una zorra y me encantaba .

Nuestro hijo me empezó toquetearme ya no se conformaba con mostrarse o mirarme , me daba algún golpecito el el culo, en plan de broma, cuando estaba yo con esos saltitos de cama, y yo no le decía nada en absoluto, a veces le sonreía muy picaramente nada más. Pasó del pequeño toque a darme unas rápidas caricias en las nalgas desnudas por debajo del camisón, que yo rápidamente me escabullía para que no fuese a más, aunque me encantaban notar su mano en mi piel, uf como me ponía todo eso. Yo solo quería jugar nada más, no quería llegar a nada con mi hijo, creo que eso fue el fallo que tuve que no dejé la cosa a tiempo, y la verdad que no quise ni podía es como si estuviese enganchada a esas sensaciones.

El mostrarle también mi cuerpo desnudo fue algo habitual, lo hacía en ocasiones cuando estaba yo muy caliente, hice lo mismo que hacía él, me metía en la ducha y dejaba la puerta abierta, mientras me enjabonaba de arriba a bajo, mi niño se pajeaba en el pasillo mirándome mientras me enjabonaba mis abundantes pechos y mi sexo. De vez en cuando nuestras miradas se cruzaban por unos segundos, yo no hacía nada, aunque si quería hacerlo, me moría de ganas por meterme los dedos en mi coño y gozar como una cerda al mismo tiempo que él me miraba como lo hacía, esperaba a que se fuese para hacerlo y que bien me sentaba.

Fue pasando el tiempo, y mi hijo trataba de tocarme llevaba su mano a mis nalgas y a mi entrepierna cuando me paseaba con mi mini camisoncito delante del. Un día aunque fue levemente note que dedos llegaron a mi raja al pasar cerca de mí, que al no pararme fue tan solo unos instantes, me pregunte si habría notado mi humedad, esta mal el decirlo, pero me gustó me masturbe pensando en ello.

Después ya trataba de meterme mamo cuando tenía ocasión, ami marido ya no le contaba nada claro. Cuando estaba sentada a su lado, mi hijo procuraba estar siempre cerca, su mano iba a mi entrepierna y subía, yo tenía que retirársela sin levantar sospechas, ya que no le importaba que estuviésemos solos o no, lo hacía con disimulo eso si. Alguna vez tuve que dejar que me tocase el conejo por encima de la braga durante bastante tiempo ya que no podía hacer nada sin que alguien se diese cuenta,yo cerraba las piernas pero claro la mano estaba ya en medio de ellas, tengo que decir que me moje por completo y no me corrí de milagro.

Un día todo se desmadró, fue un sábado que mi marido tuvo que ir a trabajar muy temprano, yo me quedé en la cama, estaba completamente desnuda como siempre. Y seguía dormida cuando noté el calor de un cuerpo desnudo pegado al mío, y una mano apoyada en mi cadera acariciándome, y un falo casi ardiendo entre mis nalgas, al estar casi dormida como dije, pensé al principio que era mi marido y no hice el ...