El salido de mi hijo - Relatos Eróticos

El salido de mi hijo

... día independientemente que mi marido me follase o no.

Una noche cuando estábamos llegando mi marido y yo al clímax, me dijo susurrando que le gustaría que nuestro hijo me follase ¨que me metiese su polla en mi vagina viciosa y me la follase y que me la follase a gusto¨, yo le seguí la fantasía – si, si mi amor, que me folle por delante y por detrás, que me eche su esperma dentro de mi coño mientras tu te corres en mi boca, se corrió como un cerdo.

Cuando terminamos de corrernos, y descansar unos minutos , mientras estaba abrazada a él, me atreví a preguntar ,- ¿seguro cielo que te gustaría que nuestro hijo me hiciese el amor?. - es una fantasía mujer, me dijo, no seas tonta. Pero no se porque no le creí de todo eso de la fantasía, ya que lo repetimos muchas veces y a él le encantaba.

Puede ser una tontería pero eso me liberó un poco con respecto a mi hijo, ya no me sentía tan culpable ni tan sucia cuando tonteaba o pensaba en mi niño como mi amante y eso me daba libertad para seguir jugando con mi hijo. Todo esto que cuento no fue en un par de semanas ni meses si no que fue bastante tiempo lo que duraron nuestros juegos. Todo fue pasando todo poco a poco, muy despacio, tanto como para acostumbrarme y desearlo,cuando estaba con él decía para mis adentros, ¿quieres que te pajee un poco cariño, que te haga correr tu mamita? Y lo imaginaba con la polla fuera y yo dándole placer hasta hacerlo correr.

Fue pasando el tiempo empecé andar sin bragas ni sujetador por la casa, me encantaba sentirme sin nada y notar la humedad de mi coño entre mis muslos. Solo ponía un camisoncito que apenas me tapaba nada, sabia que si me movía un poco se me veía el culo o la raja del coño, que estaba muy mojado y mis tetas quedaban muy al descubierto notándose los pezones, los pellizcaba un poquito para realizarlos aún más . Mi hijo se quedaba mirando embobado mientras me movía, con su polla casi fuera del calzoncillo y yo me sonreía lascivamente, tengo que decir que disfrutaba muchisimo de ello y creo que mi niño igual. Cada vez quería follar más, no pasaba una noche que no le pidiera a mi marido que me follase, incluso cuando no quería, le tocaba la polla y se la comía hasta ponerla dura- cariño como andas últimamente estás muy caliente, y yo le contestaba,- pues si no quieres que te ponga los cuernos follame.

Con el tiempo tanto mi hijo como yo fuimos perdiendo más aún la vergüenza y jugábamos como dos chiquillos calentándonos mutuamente. Mi hijo mostraba ya su polla por fuera del calzoncillo sin ningún pudor, ya que lo bajaba y asomaba su miembro por arriba mostrando parte del, y a mi me gustaba verla. Iba empalmado como siempre y andaba así por la casa cuando no estaba su padre, yo mientras como dije, con los camisones más cortijos que tenía y sin bragas, llegue a comprar dos saltos de cama que eran un escandolo casi transparentes uno era rosa y el otro blanco, je je, apenas me tapaban las tetas y se me notaban los pezones por debajo, llegaba justo por ...