1. La querida Pirucha (Final)


    Fecha: 02/10/2019, Categorías: Gays Autor: Ruizy, Fuente: SexoSinTabues30

    ... Extraño.
    
    Aparece el cura. Se ha lavado la cara y mojado el cabello. Se dirige a una alacena y saca una bolsa con higos y nueces.
    
    -Lleva esto. Acto seguido me deja en la puerta y antes de cerrarla, me dice:
    
    -Ni una palabra de esto a nadie.
    
    -No. Le digo. Bajo las escaleras y salgo del edificio. Mientras voy por la plaza, miro hacia la ventana. El cura me está observando.
    
    Apresuré el paso.
    
    Al otro día cuando volví, el cura me llevó apresuradamente a su cuarto. Me lanza boca abajo en su cama y me saca pantalón y bragas.
    
    Me abre las nalgas y siento su lengua recorrer mi hoyito que palpita y se abre para dar paso a la punta dura de su órgano… De pronto, es más dura y más grande y siento su paso con un dolor agudo que me parte y me fuerza a gemir. La mano del cura me tapa la boca y el dolor se hace cada vez más intenso mientras esa monstruosa criatura se interna más profundo en mi cavidad anal…
    
    Ya no hay lugar para que siga más adentro. Siento que estoy totalmente invadido por el pene del cura. Se ha quedado quieto un rato. El dolor se hace más y más tenue. De pronto, el cura empieza a sacar su pene y siento alivio, pero vuelve a meterlo hasta el final… Esta vez mi culo está abierto y complaciente a los embates que recibo con un placer que ya había sentido al penetrarme con objetos, pero esta vez era increíble como cada centímetro de mi culo respondía a la fricción con contracciones en que se abría y se cerraba como una boca que chupa, mama, muerde…
    
    Los movimientos de la penetración son cada vez más rápidos y ahora se acompañan con quejidos del cura. De pronto me siento invadido por algo caliente en mi interior, son disparos de semen. Finalmente, exhausto, el cura se tiende en mi espalda y me aprieta.
    
    Su verga ha empezado a bajar y luego sale de mi culo junto con un hilillo de semen caliente y algo de sangre. He sido desvirgado. Tomé esa querida verga y la acaricié. Luego sentí el deseo irrefrenable de besarla. Acerqué los labios y la lamí. Sentí el gusto extraño del semen y mi sangre. Me la introduje en la boca y la mamé. Sentí como se ponía dura de nuevo y seguí con mi mamada hasta que el cura me apartó y me puso boca abajo.
    
    Sentí otra vez el morbo que su lengua me daba y que precedió a la nueva penetración. Esta vez sin nada de dolor. Unicamente el placer de dar el culo y recibir la herramienta del fraile hasta sentir su vello púbico pegado a mis nalgas y refregándose en mi ardiente entrada para luego recibir su leche caliente llenando mis intestinos.
    
    Esa noche reviví ese episodio y todas las noches siguientes durante una semana. Despertaba del sueño y para volver a dormir debía masturbarme con los dedos introducidos en el poto.
    
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    Ahora debía ir a cumplir con la cita en el río. Pero antes me fui al cuarto de baño y saqué el artefacto con que mi madre me practicaba los enemas que me iniciaron en el deleite anal. La llené con dos litros de agua tibia y me metí la canija y solté el líquido en mi ...