Acabar y empezar años con cuernos. - Relatos Eróticos

Acabar y empezar años con cuernos.

... se está produciendo con tanta felicitación. Se inicia la música y se abre la barra libre, ella quiere bailar su marido le dice de malas maneras que se espere y si no que se busque a alguien para bailar. Vuelve con su copa y le dice a Valeria “Que pasa... ¿No has encontrado a un primo que te saque a bailar?” y es el momento que aprovecho para decirle que a mí no me importaría, que todo lo contrario que me encantaría. Él nos da su “bendición” como si fuéramos dos piltrafas.

Se va con otros y se sientan al fondo en una mesa a hablar. Estamos bailando y al principio está tensa, pero creo más que era por el cabreo que tenía con su marido que por estar bailando conmigo y lo digo, porque en un baile que la estaba abrazando por la espalda, durante el baile le había estado sobando el culito sin ningún tipo de rechazo por su parte y ahora, nos contoneábamos, pero con mi polla creciendo entre sus nalgas. A Valeria se le notaba que lo estaba disfrutando y que se estaba excitando cada vez más, lo que no le impedía estar mirando de vez en cuando hacia donde estaba su marido y de paso al resto de la gente, pero ya me había encargado yo, de estar en un buen sitio y lejos de miradas indiscretas.

Valeria no se cortaba, no se contenía ya, porque bien que movía su trasero y lo incrustaba en mi dura polla, era como si buscara ponérmela durísima y ya lo había conseguido. A lo tonto a lo tonto nos hemos puestos cachondísimo los dos. Por eso y como conozco bien ese hotel, le digo que me acompañe y ella ni me pregunta, se viene detrás. Nos metimos en un aseo de hombres, estaba super limpio y eso favorecía lo que quería hacer. Había cinco reservados y nos metimos en el último. Ella me susurraba... “Jamás he estado con un hombre en esta situación y me parece una locura, no voy a hacer nada, mejor que nos vayamos” la apoyé contra la puerta, empecé a besarle el cuello, la nuca, también la mordisqueaba fue empezar a besarla y ya se olvidó de todo, poco a poco fue entrando en temperatura. Mis manos estaban por debajo de su falda y mis caricias iban a más, hasta que llegue a su coñito y estaba muy mojada. Le doy la vuelta y ella se lanza a darme un beso, pero no la dejo, le muerdo los labios, jugueteo con mi lengua sin metérsela en la boca, eso la desespera y al final le agarro de su pelo y nos fundimos en un beso largo.

En segundos dio un cambio de 180º, porque me desabrochaba con aceleramiento el cinturón del pantalón y echó mano a mi polla, la agarra con ganas y me decía que eso era cosa del vino. No tuve que hacer ni un amago, ni una indicación, se sentó sobre el inodoro y se puso a comerme la polla. Cuando me la ha comido un rato, que por cierto lo hacía muy bien, la levanto y cambiamos las posiciones. Subo su vestido hasta las caderas, dejo a la vista las braguitas que estaban empapadísimas, voy mordisqueando y besando los bordes de sus braguitas, la oigo gemir, mis dedos juguetean con su coñito, que ya no está mojado, ahora está empapado y ella instintivamente ...