1. #13 orgía en el baño turco


    Fecha: 01/10/2019, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Azulazulazul18, Fuente: TodoRelatos

    ... automático“on”.
    
    Pau empezó a gemir incontroladamente. Me follaba con fiereza. Su culo golpeaba con saña mi pelvis. Una y otra vez. Más rápido. Más fuerte. Para finalmente detenerse, extenuada en un intenso orgasmo. Éxtasis. Culminación. Placer. Cogí la nuca de Pau y decididamente la acomodé a cuatro patas. Me puse a horcajadas y empecé a bombear ese monumento a eros que era su culo. Las vistas de mi pene entrando y saliendo de su pequeña vagina hacía crecer de nuevo la excitación dentro de mí. Alternaba esa deliciosa vista con la escena de extrema lubricidad con la que Lucía me brindaba. La dureza de mi pene creció a la par que el vigor de mis embestidas. El embadurnado cuerpo de Lucía moviéndose sobre los mástiles de sus jóvenes amantes era un paraíso para los sentidos. Un Valhalla sensorial. El resto de la tropa se arremolinaba de nuevo alrededor de Lucía. Los más avezados se turnaban introduciendo sus penes en la boca de mi diosa, que los recibía con sumo placer. El resto sometía sus pechos a un sobado extremo mientras se masturbaban frenéticamente. El más intrépido de los germanos tomó cierta iniciativa que mejoró la composición de la escena. Se situó detrás de Lucía, la agarró de su mojada melena y empujó con fuerza su cabeza hacía detrás, dejándola en posición invertida. La boca de Lucía se abrió para intentar quejarse, pero un buen mástil nórdico entró con determinación en la cavidad. Con un brusco y enérgico movimiento introdujo el pene en la garganta de Lucía hasta que sus testículos golpearon con su nariz. Con la otra mano cogió su cuello y comenzó con una salvaje follada de cara. La tráquea se hinchaba con cada penetración. La burbujeante y espesa saliva brotaba de las comisuras de los dilatados labios. Cada poco tiempo sacaba el bien lubricado mástil dando una breve tregua para que la pobre Lucía inhalara un poco del cargado oxígeno de la sala, al tiempo que vomitaba increíbles cantidades de blanca saliva que se derramaban sobre sus ojos, recorrían su frente y terminaban enmarañadas en su pelo. Un acuoso sonido gutural surgía de todas las cavidades de Lucía, apoderándose de los ánimos del resto de presentes. El resto de compañeros pedían la vez de esa increíble posición que había descubierto su camarada, quien como buen jugador de equipo cedió al poco tiempo su posición. El resto, ya aprendidos, continuaron con el ritual follando con idéntica violencia si no más la boca de Lucía. Lejos de quejarse se prestaba para la acción, entrando al juego. Con una de sus manos cogía con proporcional furia los testículos de sus amantes. Los estrujaba. Jugaba frenéticamente con ellos. Rozaba, superando las veces, esa delgada línea que separa el placer del dolor. Muecas dolientes se asomaban en las caras de los nórdicos.
    
    En el ambiente se había instalado una nueva sensación de rudeza. Brusquedad palpable que me estaba llevando con ella. Las embestidas con las que sometía a Pau eran cada vez más ásperas, duras, secas. Su cuerpo temblaba tras ...
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