#13 orgía en el baño turco - Relatos Eróticos

#13 orgía en el baño turco

... boca a abrirse para inhalar oxígeno se generaba el efecto contrario. Su boca eyaculaba saliva y esperma. Tras un intenso espasmo, de su nariz brotaron sendos manantiales de esperma. La corrida había sido antológica. La liberé. Engulló todo el oxígeno que pudo. Sus ojos rojos y vidriosos se posaron firmemente en los míos. Una sonrisa se dibujó en su cara. Reflejo de la misión cumplida. Reflejo de ver la orgásmica expresión que seguramente se estaría dibujando en mi cara. Sacó su lengua. Me mostró toda mi esencia mientras no dejaba de mirarme fijamente. Se la tragó. Ahora formaba parte de ella. Le pertenecía. Se levantó y me besó. Me abrazó intensamente mientras no dejaba de besarme. La quería. Joder cómo la quería.

Recuperamos nuestras escasas pertenencias y salimos a los vestuarios. El Spa hacía rato que estaba cerrado y salvo nosotros no contenía ningún otro visitante. Nos duchamos. Las chicas en su vestuario yo en el mío. Terminé y recuerdo que tuve que esperar más de treinta minutos a que aparecieran. Sus caras, y supongo que la mía también, denotaban satisfacción y cansancio por igual. Quizá la exigencia del hammam pasaba factura. Nos despedimos de Pau. Le pregunté si iba a tener algún problema con sus jefes por lo que había pasado. Por lo visto, aunque esta vez había sido bastante mofe, era amiga de las chicas de la limpieza, a las que seguro les debería una bien gorda. De todas formas, se iban a ver en el partido del sábado, por lo que cualquier cosa le contaría. Fue rara la despedida. Lucía y Pau se dieron un pequeño pico. Yo no sabía muy bien como despedirme. Mi primera intención fue darle dos besos de despedida, según los usos y costumbre. Pau me corrigió cogiéndome suavemente la cabeza y me besó tiernamente.

–Después de lo de hoy creo que sobran los dos puñeteros besos ¿no crees? – Me dijo riendo.

–Sí, supongo que sí. –contesté algo avergonzado. –Bueno, nos vemos pronto. Todos juntos digo. –Miraba a Lucía algo nervioso, no sabía muy bien que decir, y ya sabéis de mi ‘expertice’ para meterla bien hasta el fondo en estas situaciones.

–Anda, tira para el coche Casanova. –Dijo Lucía mientras negaba con la cabeza. –Hombres.

Subimos al coche y llegamos a casa. Serían sobre las 22:30h. Pedimos unas pizzas y tras dar buena cuenta de ellas directamente nos fuimos a la cama. Y aquí vino la que creo fue la primera gran bronca que tuvimos. Como el primer beso o polvo, la primera bronca, pero la de verdad verdad, no se olvida nunca. Estábamos acostados, ella leía un libro mientras yo terminaba de ponerme el pijama.

–Cariño, lo de esta tarde ha sido increíble de verdad, pero…

–Pero ¿qué? –no me dejó terminar la frase.

–Pues eso, que ha estado todo bien, pero hay algo que no acabo de entender y me tiene intrigado.

–Tú dirás.

–Lo de los chicos estos, ¿lo tenías planeado?

–Claro, tengo una aplicación en el móvil en la que pides equipos de waterpolo, fútbol o lo que quieras y te los envíen donde digas.

–A ver ya lo ...