1. En bandeja de plata


    Fecha: 01/10/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: rafacal, Fuente: CuentoRelatos

    ... mi misma edad. Con estos pasé un agradable rato y oí que planeaban irse a la discoteca del hotel, al terminar la Cena.
    
    Divisé a Kathy en una mesa cercana, con gente que parecían ser ejecutivos de otras compañías. Me extrañé cuando la vi acercarse a mi. Se le veía magnífica, pues el largo vestido negro ceñido al cuerpo, contrastaba con su pelo rubio y su muy clara piel. Un oscuro collar, realzaba su belleza.
    
    −Hola, ¿cómo has estado? –preguntó.
    
    −Bien, −contesté−, he estado tratando de adaptarme con gente a quienes no conozco muy bien. Parece que están planeando ir a la discoteca.
    
    −¿Y vas ir con ellos? −inquirió.
    
    Como dije antes, Kathy me intimidaba.
    
    −¿No se, tu tienes algún plan? −me atreví a preguntar con inseguridad.
    
    −En verdad, quisiera solo ir al bar un rato. −Contestó−. ¿Quieres venir?
    
    Me sorprendió su invitación, pero me intrigó. No me sentía cómodo yendo a la discoteca con aquel grupo casi desconocido, pero la oportunidad que se me presentaba con Kathy, no era despreciable. No vi la diferencia de edades como un obstáculo; al fin y al cabo, había tenido varias fantasías nocturnas con mujeres mayores y ella, aunque me intimidaba un poco, estaba ahí… disponible, creía yo.
    
    −Seguro Kathy, me encantaría. −contesté decidido.
    
    Estábamos tomando Vodka con agua tónica, su cocktail preferido; allí duramos casi una hora y después de varios tragos, la media noche se acercaba; nos habíamos reído y habíamos entrado en confianza; yo me sentía un poco más seguro. Nuestra conversación había sido desviada por ella sabiamente, de temas del trabajo, hacia nuestras vidas, aunque en un momento ella tomó la palabra.
    
    −Rafa, no quiero saber si tienes a alguien, una esposa, o una novia, o una amante, o familia, o algo así. Tampoco quiero que sepas de mi. Quiero saber si eres un hombre maduro. −dijo mirándome a los ojos.
    
    Me sorprendí enormemente. Estaba tratando de contestarle, cuando preguntó de nuevo.
    
    −En otras palabras, ¿eres un hombre reservado? ¿O estarías regando a los cuatro vientos lo que pudiera pasar entre tu y yo?
    
    Seguí enormemente sorprendido, pero detecté que mi hombría debía imponerse a la inminente situación.
    
    −Kathy, si quieres creerme, créeme. Pero, seré un muro de concreto, −dije.
    
    En ese momento, ella fraguó un plan casi calculado de tres noches y dos días, que me sorprendió enormemente.
    
    −Rafa, disfrutemos este período de tiempo que se nos presenta en bandeja de plata, tu me gustas mucho, lo mismo has expresado sobre mí esta noche. Hagamos de esta oportunidad, una maravillosa aventura, −dijo con entereza.
    
    Ella acababa de revelar su plan. Pensé que debería controlar la situación; mi decisión fue otorgarle el liderazgo y tomar las cosas como llegaran. Decidí contener un ataque de mi parte y esperar con paciencia, aunque me moría de la curiosidad de saber qué se escondía debajo de su rubia cabellera.
    
    Cinco minutos después, detecté que ella comenzaba su avanzada, a lo que me presté complaciente. ...
«1234...»