1. En bandeja de plata


    Fecha: 01/10/2019, Categorías: Sexo con Maduras Autor: rafacal, Fuente: CuentoRelatos

    Esa mañana se me había informado que la compañía me había seleccionado para viajar a la muy mentada y concurrida exposición anual de mobiliario de oficina de alta gama, en Chicago, ciudad que yo no conocía. Esto me entusiasmó, pues era una indicación de que se valoraba mi posible contribución a los varios eventos programados, los que incluían seminarios y conferencias sobre diseño y mercadeo, además de reuniones de Planeación de Ventas.
    
    Mi viaje había sido programado, saliendo el miércoles 18 y regresando el sábado 21 del mes en curso. También supe, que Kathy Rodas, Vicepresidenta de Productos Nuevos, tenía un programa de viaje exacto al mío. Con ella había hablado brevemente en el pasado, pero habían sido conversaciones breves, sobre el trabajo y la empresa.
    
    Ya en el aeropuerto, mientras tramitaba mi tiquete y la entrada al avión, la vi acercarse y después de un saludo cortés y rutinario, procedimos a acomodarnos.
    
    Ya al llegar a la Ciudad de los Vientos, la divisé en el carrusel de equipajes y tuve oportunidad de cruzar varias frases con ella. Me enteré de que estaríamos hospedados en el mismo hotel, por lo tanto, decidimos compartir el servicio de taxi.
    
    Durante el trayecto, seguramente por su alto cargo en la compañía, sabía detalles sobre nuestra estadía; así, me enteré de que el grupo de Ventas, compuesto por unas doce personas o más, había salido de los Angeles el día lunes, dos días antes que nosotros. Me informó que éramos los únicos del grupo que no teníamos gran cantidad de eventos agendados para los tres días. Nuestra función, debido a mi cargo como Director de Diseño y ella, Vicepresidenta de Productos Nuevos, era, fuera de asistir a dos o tres conferencias ya programadas, visitar ciertas selectas Salas de Exposición en el enorme edificio. Para esto, teníamos dos días enteros. Kathy me informó que esa noche era la Cena de Gala de la Compañía, en el hotel, a la que debíamos asistir a las ocho de la noche.
    
    Sin acordar nada, quedamos de vernos más tarde y nos retiramos a nuestras habitaciones a descansar del viaje. Sin embargo, cuando llegamos en ascensor con los maleteros y nuestros escasos equipajes, pude observar que nuestras habitaciones, tenían sólo un cuarto de por medio, es decir, éramos casi vecinos.
    
    Kathy era una mujer muy atractiva, elegante y delgada, quien revelaba ser unos veinte años mayor a mi, pues tendría unos cincuenta y dos o cuatro, me atreví a pensar. Despedía una personalidad dominante y se le veía muy segura de si misma, algo que me intimidaba, pues su carisma y profesionalismo, eran notables. Mi experiencia era entonces, limitada a mujeres menores e inexpertas, con las que yo lidiaba con facilidad.
    
    Más tarde, cuando bajé al Gran Salón, vi un enorme grupo de personas, unas ochenta o más, organizándose en mesas circulares; me saludé con tres o cuatro vendedores de la compañía, hombres y mujeres, a quienes había conocido en un pasado cercano y terminé acomodándome con ellos, gente posiblemente de ...
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