1. Una Mamá Ninfómana_3


    Fecha: 29/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Jose Caeli, Fuente: TodoRelatos

    ... hijo mientras metía y sacaba lentamente el dedo su vagina.
    
    Ella pensó que era maravilloso que este chico que había salido de su coño, hace tantos años ahora estaba explorando su coño con el dedo.
    
    Ella lo amaba.
    
    Le encantaba la sensación de su dedo mientras le acariciaba el agujero.
    
    Su clítoris estaba caliente e hinchado y el jugo de su coño goteaba sobre su dedo y mano en un flujo constante.
    
    Ahora ella dijo:
    
    —Cariño, ¿por qué no nos quitamos toda la ropa? Estaremos más cómodos de esa manera.
    
    Ella lo ayudó a quitarse la ropa, y luego se deslizó fuera de su bata y luego su sostén.
    
    Ella se sentó en el sofá y lo hizo pararse frente a ella, entre sus rodillas. Ella acarició su culo y besó su vientre y pasó sus dedos sobre sus bolas hinchadas y en la palpitante verga.
    
    Ella se estremeció cuando una gota de líquido preseminal cayó de la punta de su mástil y aterrizó en su muslo.
    
    Sosteniendo sus bolas en su mano izquierda, ella suavemente frotó su pistola con su mano derecha y lo miró.
    
    —¿Qué te gustaría hacer?
    
    Sus ojos estaban perdidos.
    
    —Lo que quieras, mamá.
    
    —Te gustaría cojerme, ¿no?
    
    —Sí.
    
    —Pequeño demonio. Primero déjame chupar esta paleta un rato.
    
    Con él de pie allí entre sus piernas, su polla estaba en la altura justa. Con sus manos en sus nalgas duras, ella abrió su boca y jaló de él hacia ella para meter su verga dentro de sus labios.
    
    Luego ella agarró sus nalgas y le hizo señas con las manos para que follara su cara.
    
    Él gimió mientras empujaba lentamente su rígida polla dentro y fuera de su boca.
    
    Brenda apretó rítmicamente las caderas del chico. Le encantaba la sensación de sus duras nalgas bajo sus dedos, ella deslizó las yemas de sus dedos en la grieta de su trasero, encontró el ojal de su ano y lo frotó suavemente.
    
    Podría decir que él no duraría mucho. Ella no quería que se viniera en su boca, ahora no.
    
    Lo que ella quería ahora era su pinchazo en su coño.
    
    Sacando de su boca la punta de su polla con un sonido sordo de sus labios, ella lo miró y sonrió.
    
    —Cojeme ahora, bebé. Te quiero dentro de mí.
    
    Se estiró en el sofá, abrió los muslos y levantó una pierna para subirla al respaldo del sofá.
    
    Su vagina goteante se abrió como una boca peluda cuando él se acercó a ella.
    
    Ella deleitó sus ojos con su verga palpitante y sus testículos rosados e hinchados mientras lo ayudó a ponerse en posición entre sus piernas.
    
    Tirando de sus rodillas hacia sus tetas, bajó su mano para conseguir que su miembro viril golpeé en la boca de su vagina.
    
    Con un gruñido de placer, el chico se lanzó hacia adelante y enterró su pene hasta las bolas en el coño humeante de su madre.
    
    Brenda colocó sus piernas sobre sus jóvenes hombros y agarró su trasero.
    
    Ella apretó y pellizcó sus nalgas, empujando y tirando para guiarlo, para tener el ritmo que ella quería.
    
    Ya no importaba que fuera su hijo quien la follara. Tenía una verga dura y palpitante, la verga de un hombre, y se sentía ...
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