Cruce de Historias X - Relatos Eróticos

Cruce de Historias X

... interesó, alguien que lo seguía muy de cerca y que buscaba cada noticia relacionada con él, cada desfile donde aparecía, cada lugar que visitaba, cada campaña en la que participaba.

Aún no se explica cómo Paula consiguió encontrarlo, simplemente un día se despertó en el hospital y allí estaba. Le cogió la mano y sin hablar se sentó a su lado. Y así hasta hoy. Gracias a ella todavía siente que ha vuelto a gozar del sexo y encara decidido su rehabilitación, aún a sabiendas de que nunca más será el mismo. Y lo más importante: ha aprendido a convivir con el nuevo Asier, a no desear la muerte, a disfrutar de las pequeñas ráfagas de felicidad que aún puede atrapar. Ella no huye de su rostro y ha conseguido despertarle sentimientos que no creía posibles, sentimientos correspondidos.

La mira y sonríe. Sí, ahora que solo es una sombra de lo que fue es cuando ha podido asomarse a la felicidad, aunque solo sea en momentos como este en que se siente alegre solo por tenerla a su lado.

Dos cafés humean y dos manos se entrelazan encima de la mesa, trazando el diámetro de la misma con sus brazos extendidos. Un instante íntimo que se desvanece cuando un hombre circunspecto se acerca a ellos, se detiene a un metro de la mesa y los observa alternativamente antes de decidirse a hablar.

- Hola, me llamo Ernesto.

Ernesto se pide un café y se sienta con ellos una vez hechas las presentaciones. Asier lo mira con más curiosidad que molestia, al fin y al cabo agradece alguna novedad, siempre que no sea mucha novedad en su vida. Paula lo mira con ojos más inquisidores, como si estuviera protegiendo lo suyo. No le gustan las novedades y menos cuando vienen de la mano de extraños.

Ernesto había dudado hasta el último momento si acercarse. Cuando vio a Asier de cerca entendió muchas cosas, las piezas empezaron a encajar solas y por primera vez en todo este asunto, ahora tiene más respuestas que preguntas. De modo que se lo ha pensado antes de molestar a la pareja pero, finalmente, ha decidido que no ha recorrido todo este camino solo para darse la vuelta ahora y conformarse con lo obvio: un modelo que se oculta ante los demás después de sufrir un accidente que lo ha desfigurado porque quizá realmente lo que hace es ocultarse de sí mismo; una chica que (a la vista está), lo quiere y le da estabilidad y le está ayudando a sobrevivir al menos, si no a superar lo que le ha sucedido; una ruptura con el pasado en forma de simulacro de entierro y de tumba, quizás para que nadie pregunte, para que les dejen en paz.

- ¿Por qué el entierro? - se anima al final a preguntar.

- Bueno, necesitaba tranquilidad y también estaba claro que debía romper con la vida que había llevado hasta entonces, así que ¿qué mejor que empezar con un sepelio? Oiga, yo también tengo una pregunta para usted ¿cómo me ha encontrado?

Ernesto le narra todo desde el principio, sin omitir detalles, desde en qué consiste su trabajo, de dónde nació la fijación por ese mausoleo, su antiguo ...