Cruce de Historias X - Relatos Eróticos

Cruce de Historias X

Cruce de Historias X

Asier alarga el brazo para tomar la taza de café. Trata de mantenerlo recto y con pulso pero un chasquido de su hombro le indica que todavía sigue siendo labor difícil. Hace un movimiento reflejo y vuelve a situar el hueso en su sitio. Es tarea imposible, no sabe por qué sigue intentándolo tantos años después. El hombro sigue dislocado porque el hueso resultó afectado por el golpe. Hay cosas que han mejorado y otras que tiene que asumir que se le han quedado de por vida. Como por ejemplo los dolores de pelvis y de columna. Ha perdido la cuenta de las operaciones a las que se ha tenido que someter y tampoco sabe cuántas le quedan todavía, aunque él está por la labor de dejarlo estar. Ha sido tratado por buenos especialistas y cuando uno ve a un experto mover la cabeza y decirle que puede haber posibilidad de mejorar mirando para otro lado, sabe que esa posibilidad es poco menos que te toque la lotería. Los especialistas saben hasta dónde pueden mejorar un cuerpo machacado como el suyo y a partir de qué momento, quizás no merece la pena pasar por la tortura del quirófano y la recuperación. Su celebro piensa todas estas cosas pero le cuesta pronunciarlas en voz alta, la garganta la tiene agarrotada y su cuerpo todavía está entumecido por la medicación tan fuerte que tiene que tomar.

Mira a Paulita que le sonríe con los ojos y con el alma, como siempre.

¡Qué habría hecho sin ella! Pegarse un tiro seguramente, piensa sabiendo que no exagera en absoluto y que no es una expresión ya hecha. Si no la hubiera tenido a su lado se habría suicidado.

Recuerda cuando la conoció. Su hermano Alberto se acostaba con ella.

- ¿Has sentado por fin la cabeza? - le preguntó.

- No, no es eso. No es mi novia.

- Entonces...

- Entonces ¿qué?

- Que por qué te acuestas solo con ella.

Él conocía a su hermano Alberto y sabía lo que le gustaba el sexo. Allí solo, lejos de casa, con buena planta, con dinero que no le faltaba porque sus padres en eso eran espléndidos, rodeado de chicas… le costaba creer que se hubiera encaprichado solo de una y no fuera por amor.

- No sé... Es que ella es distinta.

- ¿Es buena en la cama? Inquirió tratando de picarlo.

- Es casi la mejor. Le pone ganas, pasión, es algo… no sé cómo describirlo, es algo fresco, intenso. Esta chica es auténtica. Es lo más parecido a...

Asier supo interpretar el silencio de su hermano.

- A estar con la persona que amas desde siempre.

- Sí, eso.

Ninguno de los dos la había mencionado pero él sabía que la sombra de su vecina planeaba alrededor de Alberto. Estaba enamorado de ella desde niño y todavía no se explicaba por qué si a ella le gustaba también, no habían acabado juntos.

La primera impresión al conocer a Paula fue un poquito decepcionante. Físicamente, sin ser una chica fea ni mal constituida, estaba muy lejos de los cánones de belleza a los que estaba acostumbrado Asier. En el trato no parecía mucho mejor: introvertida, poco habladora y ...