Cruce de Historias X - Relatos Eróticos

Cruce de Historias X

... parecía tener poca gracia. Sólo empezó a intuir lo que era aquella muchacha la primera noche que pasó en el apartamento de su hermano oyéndolos follar. Quedó impactado por las ganas que le ponía y por su insaciable apetito. Les estuvo escuchando hasta bien entrada la madrugada y luego, cuando por fin rendidos pararon y oyó Alberto roncar, él se quedó con los ojos abiertos e insomnes.

Asier había follado mucho y muy bien pero aquello era distinto: su hermano tenía razón. Algo casi animal, muy físico pero a la vez no exento de sentimientos. Por eso no puso pegas cuando Paula insistió en volver a quedar con él con la excusa de presentarle a su amiga Sandra. Sí, todavía recuerda aquellos polvos en su apartamento de estudiantes, con aquella chica pero realmente pensando y excitándose con Paula y sus jadeos y gritos.

Tiempo después, cuando al final acabaron juntos, ella le confesaría que esos gritos y esos jadeos estaban destinados a que él los oyera. Como en los primeros y emocionantes polvos con Alberto, ella se excitaba ahora sabiendo que aquel chico tan guapo, elegante y sofisticado estaba al otro lado de la pared escuchando perfectamente como ella follaba con su hermano, igual que su amiga había estado oyéndolos durante todo el tiempo y le contaba después con pelos de señales como se les oía hasta el más leve resuello. Eso la encendía y la ponía a cien por hora. Se había venido arriba, si había podido conquistar al chico más popular de su curso ¿por qué no iba a conquistar a un modelo cotizado?

Asier sonríe para sí mismo ¡Qué razón tenía a la chica! Porque todo aquello se le quedó grabado en la cabeza y ya no se olvidó de ella. Apenas unos meses después, cuando su hermano y Paula ya habían roto, marcó su número y la invitó a una fiesta. Ella no pareció sorprendida en absoluto por la llamada, aunque notó cierto temblor en su voz, como si la hubiera estado esperando y se sintiera feliz de recibirla.

Lo de la fiesta fue puro trámite para, en su vanidad, mostrarle el mundo en que se desenvolvía, lo importante que era y todas las chicas que andaban detrás de él como si fuera una versión premium de Alberto. Reconoce que tuvo un punto de maldad al verla tan descolocada y fuera de lugar pero ella aguantó bien la prueba y supo llevarlo a su terreno. Esa noche, en la cama, comprobó que se había quedado corto al imaginar lo que sería acostarse con ella. Su hermano no había acertado bien a describir lo que era follar con aquella chica y ahora reconoce que sus expectativas eran bastante pobres en comparación con lo que recibió. Otras veces había practicado sexo intenso, también había estado con chicas que le provocaban sentimientos, incluso había llevado a cabo prácticas que se podrían calificar de extremas, pero la amalgama de sensaciones y placeres que le provocaba el tener entre sus brazos a Paulita era algo nuevo, distinto y fresco.

Ahora lamenta no haberlo entendido bien y haberla usado como simple objeto de placer. En ningún momento le dio ...