Cuñadas cuarta parte - Relatos Eróticos

Cuñadas cuarta parte

... situación y con la ayuda de la química. El hombre pudo comprobar que el chaval no era un novato en la tarea feladora. No llegaba a las sublimes mamadas de su esposa, pero se defendía más que bien en esa tarea. Su esposa mientras tanto se masturbaba introduciéndose varios dedos en su precioso coño y besando a su marido mientras la retorcía los pezones suavemente.

- Ummm, lo haces muy bien putito. Tu mamada es estupenda. Te voy a lechar muy rápido como sigas así. ¿Lo prefieres en la boca o quieres que te folle ese culito tan precioso que tienes?

Jorge interrumpió un momento la mamada y dijo – mejor si me encula fuerte, don Jaime-, y volvió a la mamada. Transcurridos unos instantes, la mujer se acercó a la cama y abriendo sus piernas exigió que le comieran el coño. Los dos varones se dirigieron rápidamente hacia ella y Jorge se agachó y hundió su cabeza entre las piernas de doña Inés comenzando a lamer con gran efectividad los labios y el clítoris. Mientras tanto su marido acercaba su polla a la cara de ella propinándole unos fuertes golpes para después de humillarla de esa manera, con gran gusto por parte de la mujer, abrirse paso en su boca para ser chupado. Abandonando la boca de doña Inés, se colocó detrás del joven para iniciar una lamida en el culo y en los huevos además de agarrar su polla con fuerza y comenzar una paja suave. Se separó de los dos y fue a recuperar de un cajón un bote de lubricante y relajante con el que procedió a untar lentamente el ano del chico y su propia polla.

- Ahora, putita, relájate y disfruta porque te la voy a meter lentamente. Pero espera. Antes deja de comerle el coño a mi mujer y métesela en el coño. Tu, puta, abre bien las piernas que te va a follar con esa buena herramienta que tiene.

Doña Inés se colocó en la ama cerca del borde y abrió sus piernas subiendo los muslos hacia su pecho de manera que quedara bien expuesta. El camarero no tardó ni un segundo en meterle el miembro hasta el fondo y, después de unos breves movimientos, la sacó y sin más preámbulo se la metió en el culo.

- ¡Ayyy! –gritó doña Inés- ¡El muy bruto me la ha metido por el culo sin avisar! ¡Si que eres maricón, que te gustan más los culos que los coños! Métesela tu Jaime. Dale por culo a este marica de mierda, que sienta tu polla dentro. Dale duro.

Sin ningún tipo de miramientos, don Jaime metió de un solo golpe de riñones su pene hasta el fondo. Jorge emitió un gritito agudo y se movió hacia delante para clavar aún más su polla en los intestinos de la mujer. Ahora estaban los tres enganchados y tenían que coordinar los movimientos para no salirse. Jorge metía su polla hasta el fondo y cuando estaba así don Jaime sacaba la suya. Cuando Jaime la sacaba el hombre se la metía. Era difícil, pero consiguieron coordinarse.

El espectáculo era seguido con gran interés por los hijos y algunos de los familiares invitados, que miraban a través de las troneras del “cuarto de follar” todo lo que allí ocurría. El show estaba ...