Cuñadas cuarta parte - Relatos Eróticos

Cuñadas cuarta parte

Las anteriores aventuras de las cuñadas y su familia están en los siguientes relatos:

https://todorelatos.com/relato/198051/

https://todorelatos.com/relato/198274/

https://todorelatos.com/relato/202017/

Jorge, el camarero, había acompañado a don Jaime y doña Inés a la habitación “especial” mientras se tocaban y besaban. Los dos anfitriones habían dejado claro que querían compartir sexo con él. Y él estaba muy animado. La señora le gustaba pese a ser mayor y tampoco le disgustaba don Jaime. No era su primer trío y, además, le habían prometido una buena propina. Todo eran ventajas.

Como es lógico, él no sabía que la habitación tenía sus secretos y que podían ver lo que hicieran desde el exterior.

Una vez que entraron en el cuarto, don Jaime se dirigió al pequeño frigorífico sito en una esquina y sirvió tres generosos vaso de un espléndido whisky escoces ahumado, que repartió a los presentes. Brindaron por una buena noche y, después de un trago, doña Inés se arrodilló delante de Jorge y con rapidez bajó sus pantalones para posar sus golosos labios sobre la polla del chico por encima de su bóxer. Comenzó a comer toda su longitud pegando delicados bocados hasta alcanzar el glande mientras su mano izquierda sopesaba los testículos. Don Jaime se había acercado por detrás y, mientras besaba y lamía el cuello de Jorge, desabrochaba su camisa que apartó a un lado.

En un momento, Jorge estuvo desnudo salvo su bóxer que seguía siendo empapado con la boca de la matrona. Don Jaime le bajó la prenda para dejar libre sus nalgas que se dedicó a sobar y a darle algún cachete afectuoso. Por fin quedó desnudo totalmente. Mientras que la mujer engullía su polla hasta el fondo, el hombre se arrodillaba también y comenzaba a lamer el trasero de Jorge que se veía asediado por los dos simultáneamente. A juzgar por su cara la situación no le era desagradable y se diría que tampoco era la primera vez que estaba en esas circunstancias. Sintió que su ano era profanado por un dedo curioso que entraba y salía lentamente y se retorcía en su interior buscando la próstata del chico. Mientras esto sucedía, la mujer se había desnudado y ya se encontraba follando con su boca el pene del chico mientras que acariciaba sus huevos de manera impulsiva y dura. No era una mamada, era una follada en toda regla, que introducía toda la longitud del pene en su garganta y apretaba con los labios cuando retiraba la garganta, en un efecto de succión perfecto.

No tardó en eyacular en la boca de doña Inés entre rugidos de gusto. Ella se levantó y se acercó a la boca del chico para besarlo e intercambiar el semen con gran habilidad al fundir las dos bocas en un lúbrico morreo. Don Jaime se incorporó al mismo con un beso a tres en los que se chupaban y lamían sin separarse. El patriarca se desnudó con ayuda de su esposa y, acariciando la cabeza de Jorge, le instó suavemente a arrodillarse para que comenzará a chuparle la polla que ya se encontraba erecta por el morbo de la ...