1. Secuestro y violación de Nina (12), Capítulo V


    Fecha: 15/09/2024, Categorías: Dominación / BDSM Hetero Autor: DarioCodomano, Fuente: SexoSinTabues30

    ... izquierda para sostenerla mejor y distraerla de lo que se venía, le dio en la mejilla derecha el sopapo más fuerte que pudo con la otra mano; Nina dio un chillido animal pero trunco. Ya había comprendido que sus berridos serían castigados con un dolor peor. De manera que ya para cuando el Jefe empezó arrancarle todos los pelos de su conchita uno por uno, resistió en silencio, sollozando lo más silenciosamente posible ante la satisfacción sonriente de su amo, que asentía de vez en cuando como pensando ‘Entendés rápido, putita’. Nunca les hablaba más que lo mínimo necesario a sus hembritas; cuando lo hacía, era para rebajarla, torturarla o preparar mejor el momento en que la atormentaría de maneras muchas veces ingeniosas y casi siempre arteras. Así que, después de arrancar el último vello púbico de su infortunada y diminuta amada, le dio un par de chirlos fuertes en la conchita enrojecida, arrancándole sendos ‘ah’ a la nena así ultrajada. Y como no le gustó esa mínima rebeldía, empezó a azotar sus nalgas así como la tenía, boca abajo sobre su falda, mientras ella lloraba convulsivamente y apretaba los labios para no gemir peor y recibir más castigo. Creo que pesaba más en el ánimo de Nina el horror de castigos inminentes, inmotivados e incesantes que el propio dolor que sentía durante las torturas (que en muchos casos era atroz para una niña que antes jamás había sido siquiera abofeteada). En resumen, el jefe la nalgueó hasta que se cansó y al final, ofuscado porque quedarse sin resuello por golpear a una borreguita de morondanga era algo que jamás le había ocurrido en su vida de matón, le aplicó un durísimo puñetazo en la zona de los aductores de cada muslo y luego se montó sobre ella, le ensartó el culito e intentó penetrarla así nomás, sin preparación. Él estaba tan furioso y ella tan aterrorizada y dolorida que alcanzó a entrar toda la cabeza de una en el ojetito hasta allí inexplorado pero ya todo flojo por el miedo. Como ella no alcanzó a gritar en ese primer empellón, el Jefe con la mano derecha le tapó la boca y la nariz y le mandó el segundo pijazo; esta vez Nina abrió los ojos llenos de lágrimas y emitió un chillido que quedó asordinado por la mano de su previsor amo. Para Nina el problema empezó a ser respirar, y aplicó sus dos manitos a intentar despegar la manota peluda de su violador mientras éste aprovechaba su inamovible mano para seguir pujando impiadosamente en el culito y causándole un dolor insoportable (a juzgar por cómo se sacudían, por puro reflejo, los 36 gráciles kilos de la nena bajo los 85 kilos peludos de su violador). Cuando la sintió desmayada, sin sacarle la pija que era colosalmente presionada por el anito horrorizado de la inconsciente nena (me confesó el Jefe luego) se arrodilló, la puso la arrodilló culo para arriba con la cara desvanecida apoyada en el colchón, le agarró las muñecas como si fueran riendas y empezó a cogerla con la pija enterrada por la mitad (metérsela más en ese momento la iba a lesionar ...