ADELA, Clara y Doña ELENA - Relatos Eróticos

ADELA, Clara y Doña ELENA

... y debíamos estar en Arzúa para recogerla, ya sé dónde iremos, se me acaba de ocurrir una idea, y ya verás que te va a gustar mucho. Le insistí en que me lo contara y se negó, es una sorpresa, que sí, que no, entonces le dije muy seria, dame una zapatilla y pon tu hermoso culo en mi regazo, y ya veremos si me cuentas o no donde vamos mañana.

Me la cogió del pie y me la dio en la mano, se levantó la bata y se extendió encima de mi regazo, con el culo al aire que bonito, le dije su subiera un poco más, yo no tenía ninguna experiencia, salvo cuatro azotes que le había dado a mi sobrina con la mano y cuatro con la zapatilla de esparto, además la idea de castigarla, no sé, serian 10/15/20 azotes a lo sumo, en función de lo enfadada que estuviera o lo grande de la travesura, pero como esto era un juego, pues pensé en copiar lo recibido.

Empecé suave dos azotes y caricias y así hasta diez, ella se rozaba con mis piernas, ¿quieres diez más?, diez mas no, cien más, me dijo y le di diez más, fuertes creí yo y ella me pidió, mi culo quiere más caña, y le di más fuerte, ¿más caña aun? me dijo que, si y empecé a azotarla todo lo fuerte que pude, no los conté, empezó a contornearse y a gemir, no pares, me dijo y la azotaba, cada vez más fuerte, plas, plas, plas, plas, plas, plas y al final gimió como una LOBA y se puso la mano en el culo, para que parara. La mantuve encima mío e igual que ella a mí, la acaricié un buen rato.

Hizo una llamada y reservo una suite o dos habitaciones comunicadas, sonreía y le dije, deja de sonreír, pues cuando llegue voy a coger la otra zapatilla y te voy a quitar a base de azotes esa sonrisa de la cara.

Nos dirigimos hacia la zona de Porriño y Puenteareas y de allí a Mondariz, paramos a la entrada del Balneario de Mondariz.

En recepción le dijeron no disponían de suites y nos habían reservado dos habitaciones comunicadas junior suites. Las habitaciones estaban bien y en medio de las dos había un sofá y una mesita y dos sillas.

Muy señorial, no lo vi moderno, pero si muy señorial, me explico lo que era un Balneario y lo que podíamos hacer allí, lo hicimos todo o casi todo, ella contrato un paquete o forfait que incluía un día completo de actividades, de una pasábamos a otra, la piscina grande, los chorros de agua, el jacuzzi, las duchas a diferentes temperaturas, sauna y luego una serie de masajes que te dejaban nueva, perfecto me encanto, ella comento que una vez como mínimo al año, solía ir con su marido a un balneario y se estaban dos o tres días. Comimos y cenamos en el restaurante del balneario.

Luego había una sala alargada enorme llena de hamacas donde la gente leía o meditaba e incluso alguna cabezadita, había un silencio absoluto, nos sentamos juntas y cada una hizo lo que creyó.

Yo repase todo lo sucedido desde que me dejo en el centro de Santiago y me dijo en un par de horas te recojo.

He vuelto a nacer, nadie me había besado y menos en la boca con lengua, nadie me había tocado de forma sexual, ...