ADELA, Clara y Doña ELENA - Relatos Eróticos

ADELA, Clara y Doña ELENA

... el sofá, Me senté a su lado y me recosté sobre sus piernas, le abrí la bata, porque quería estar en contacto con su piel, me empezó a acariciar e hizo conmigo le mismo que yo le había hecho, me subió más, me acomodo en su regazo y me abrió bien las piernas de forma que mi ojete del culito estaba bien expuesto, entonces se metió el dedo en su boca para mojarlo , y me puso con mucho cuidado un dedo al principio un poco y según yo me iba relajando y abriéndoselo más, lo metió hasta el fondo, lo metía y sacaba y yo empecé a excitarme, más y quería mucho más y ella me lo dio y así hasta estallar, me corrí como una loca, que es como estaba como UNA LOCA

Llamo al room service y pidió dos daiquiris, yo aprobé con la cabeza, pero con los dedos le dije que pidiera cuatro y nos quedamos descansando un poco, pusimos en le tele un canal de radio con música lenta.

Nos subieron los daiquiris y los dos primeros nos los bebimos tranquilamente, a ambas se nos notaba estábamos tocando el cielo, un rato de silencio mientras saboreas un daiquiri no tiene precio.

¿Cómo te atreves a darme ordenes, quien eres tu para rectificarme, como se te ocurre decir cuatro en lugar de dos? Adela inicialmente se asusto pues el tono de voz, la expresión de la cara era de enfado, ahora mismo dame una de tus zapatillas y ponme tu culito encima de mi regazo, vas a probar lo que es bueno, entonces entendió el tono y expresión anterior, como muy aterrorizada, levanto la pierna derecha, se saco la zapatilla y se la dio, se puso encima de su regazo, Elena se la acomodo bien y le dijo: esta es la primera de las muchas zurras que te voy a dar, no sabes cómo me encanta tener tu culito blanco, esperando cambiar de color. Y empezó a azotarla, al principio lentamente y muy suave, después de cada par de azotes uno por nalga le pasaba la mano, Adela se sentía excitada ante la experiencia, los siguientes fueron más fuertes y empezó a quejarse y moverse, le dio diez y la acaricio, mientras le preguntaba paro o diez más un poco más fuertes, a lo que Adela contesto diez más, volvió a azotarla dos por nalga, sin parar le dio los diez, la otra empezó a llorar, Elena le comento mientras la acariciaba empiezas a tener el culito sonrosado, paramos o quieres que te lo ponga de color colorado y dijo diez más, y estos sonaron bien al tercer de esta tanda Adela estuvo a punto de decir basta, pero algo recorrió su cuerpo, ya había notado esa sensación en estos dos días y no solo, no le dijo basta, sino que le puso el culo bien en pompa, me estoy volviendo loca decía Elena y la azoto con ganas, dejo de contar azotando y poniéndole el culito bien rojo, Adela empezó a moverse y pedir más, más fuerte y se corrió como una loca Elena la siguió en la corrida. Estuvo acariciándola un buen rato.

Con mi culito dolorido y muy calentito, nos tomamos el segundo daiquiri, saboreándolo con mucho placer.

Elena comento que no nos daba tiempo de ir a Coruña y visitarla, ya que el jueves a media tarde llegaba Clara ...