La alquilada me dominó - Relatos Eróticos

La alquilada me dominó

... muñecas por delante y las unió a su collar.

Ahora vamos a bajar en el ascensor al garaje. Tranquila tendré cuidado que no nos vean.

Antes de abrir la puerta miró por la mirilla. No venía nadie. Salieron y entraron al ascensor. Introdujo la llave del garaje y bajaron al garaje. Caminaron hasta la parcela. La hizo abrir la puerta y entraron. Cerró la puerta y entraron al trastero que estaba casi vacío. En el suelo colocó un gran plástico. Liberó sus muñecas y quitó la capucha. Así completamente libre la hizo elevar sus brazos tras colocarle unas fuertes muñequeras de cuero.

La fue elevando hasta que la gravedad empezó a hacer que le dolieran las articulaciones. No un dolor insoportable sino un dolor duro pero soportable. Luego volvió a poner la capucha en su cabeza.

Ahora encendió una gran vela, bastante ancha pero no muy larga. Empezó a acercar la vela y dejar caer la cera sobre los hombros y el nacimiento de la espalda de Ane. Luego entre las clavículas. Siguió por el resto de la espalda hasta la cintura. Luego por delante dejó caer unas gotas justo en la punta de los pezones. El berrido de Ane quedó amortiguado por la máscara perro a la chica le pareció que se le clavaban unos alfileres. Luego colocó a la chica sobre una pequeña mesa donde echó cera en el pubis de la joven y luego dándole la vuelta en su pubis, labios vaginales y muslos.

Cuando hubo terminado el castigo y con Ane boca abajo sobre la mesa. Claire se desnudó y se colocó un strapon. Había adquirido el juguete por Internet y llevaba un pequeño dildo que se introducía en su vagina. La penetró a la vez que la decía como se la iba a follar. La iba masturbando muy lentamente hasta volver a tenerla a mil. Entonces paró y tras untar de lubricante el juguete y el ano de Ane la sodomizó sin contemplaciones. La folló a saco elevando también su excitación y masturbando a la chica hasta que las dos mujeres con breves segundos de diferencia tuvieron su orgasmo.

Luego Claire se vistió, pero no dejó que Ane lo hiciera y la condujo en el ascensor hasta su casa donde se ducharon juntas. A partir de ese día, Ane y Claire follaban cuando les apetecía, pero siempre que Claire lo deseaba y también Ane fue la sumisa de Claire.

Este relato es imaginario, pero me gustaría que os calentara, no solo las olas de calor. jejee