1. La alquilada me dominó


    Fecha: 14/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: picante100, Fuente: TodoRelatos

    ... Aunque sus tiempos eran distintos, ella la esperaba para terminar con los estiramientos. Claire, aunque estaba en la cincuentena, se mantenía con un cuerpo firme y atractivo. Claire no se había equivocado y la chica era un bombón. Ane le había recomendado un gimnasio a la mujer y esta acudía y varias veces habían acudido en las mismas horas con lo que se habían duchado casi a la vez y se habían visto desnudas. Claire una de las veces se quedó observándola sin que la chica fuera consciente. Ane era rubia, pelo un poco más largo de sus hombros, pechos medianos, pero no muy grandes rematados en unos pezones rosas, Un culo alto y pequeño y un pubis que veía que lo mantenía recortado con un mechón en la parte alta del pubis y el resto sin vello.
    
    Hasta que un día Claire decidió que debía dar el paso, pero debía ser un paso decidido. Claire deseaba que Ane tuviera sexo con ella, pero a la vez convertirla en su sumisa. En su país era una reputada Dominante. Tenía sus sumisos y sumisas. Hombres y mujeres que desde la más absoluta libertad se postraban a sus pies.
    
    El viernes te espero a las 20 h en mi casa. Vente para una velada sin prisa.
    
    Ane no tenía claro qué podía significar velada. De todas formas, no sabía si, conscientemente o inconscientemente, pero se vistió de forma inocente pero sexy.
    
    Se puso un tanga negro y encima unos jeans azules claros, en la cintura ceñidos y que sin estar apretados dibujaban su figura y en los tobillos se abrían casi como unas patas de elefante. Arriba un jersey de angora que tenía como unas aperturas de arriba abajo que se unían con botones y dejaban al descubierto trozos de su piel.
    
    A las 19:59 tocó el timbre de la casa de Claire, en su casa había dicho que se iba a quedar en casa de una amiga y a esta amiga le contó lo que iba a hacer. Su amiga que no sabía su affaire con su otra compañera aceptó respaldarla.
    
    Claire abrió la puerta. Vestía con un traje ejecutivo compuesto por blusa, falda y chaqueta y unos tacones de vértigo.
    
    Entra y cierra la puerta.Dijo Claire dándose la vuelta y caminando dentro del piso.
    
    Ane se quedó como petrificada con esa frialdad, pero, por otra parte, esa especie de humillación la excitó. Caminó tras la mujer hasta el salón donde Claire la hizo sentarse a un lado del sofá sentándose ella en el otro extremo.
    
    Estuvieron charlando un buen rato de varios temas y estaban muy cómodas. Claire soltó alguna puyita sexual, pero nada descarado para no asustar a la chica hasta que quiso retarla, quería que aceptase, pero sabía que, si lo hacía como sugerencia, en lugar de como órden tendría menos éxito. Entonces le dio una orden.
    
    Ponte delante mía con los ojos cerrados y quédate quieta.
    
    Ane se quedó quieta, no sabía cómo tomarse esa frase. A ella le sonó de forma exhortativa y como una orden. Pero había algo en ella que la excitaba. Lo que hizo fue levantarse y colocarse delante de Claire con los ojos cerrados.
    
    Claire la observó durante largo rato. La hizo separarse del ...