La alquilada me dominó - Relatos Eróticos

La alquilada me dominó

LA ALQUILADA ME DOMINÓ

Las cosas suceden cuando menos lo esperas. Muchas veces no lo planeas, no lo piensas, pero sucede. Ane era una chica que iba a empezar el último curso de Educación Física. Vivía con sus padres. Una pareja de mediana edad y una posición económica desahogada. En su portal había vivido también sus abuelos y cuando murió el abuelo su padre que era hijo único heredó el piso y pensó si vender el piso o alquilarlo. Por fin, decidió alquilarlo. Lo reformó y sacó en alquiler. Eran dos pisos en uno, al igual que el suyo.

Era todavía agosto cuando su padre un día en la comida les contó a su madre y a ella que había alquilado el piso de los abuelos. Sus padres ese fin de semana se iban al pueblo, pero ella había decidido quedarse para irse de fiesta con la cuadrilla. Entonces su padre le pidió que el viernes a las 20 iba a venir la nueva inquilina, que era una ejecutiva que venía a trabajar a una multinacional y que mientras buscaba una casa para comprar a su gusto iba a alquilar su piso. A Ane le tocaba abrirle el piso, darle las llaves y resolver todas sus dudas. Ane protestó porque había quedado con su cuadrilla antes pero su padre le dejó claro que debía obedecer. Que sería rápido ya que la mujer ya conocía el piso.

Ane se preparó para salir con un vestido veraniego muy flojo en la falda pero que en resto dibujaba muy bien su cuerpo. Bajó a las 19:55 a la puerta del garaje y justo a las 20 se acercó una berlina con la matrícula que su padre le había indicado. Claire que así se llamaba la ejecutiva le abrió la puerta del copiloto, luego se presentó, dio a la chica dos besos. Ane pulsó el mando del garaje y traspasaron la puerta hasta la parcela cerrada donde iban a aparcar.

Se bajó Ane, abrió la puerta de la parcela para que el coche pasara. Claire pudo observarla por la espalda y le pareció que debía tener un buen cuerpo. De cara era muy guapa. Pelo rubio y una cara de aspecto inocente de no haber roto nunca un plato. Aparcaron y cerraron la puerta. Antes le enseñó Ane el trastero donde podía Claire guardar cosas si necesitaba.

Ane se sintió bastante cohibida. Desde hace unos meses se sentía atraída por mujeres. Desde que una compañera de estudios en un día de fiesta se había atrevido a besarla y aunque ella, en principio la había rechazado, luego la correspondió y aunque no pasaron de unos besos se sintió muy excitada, tanto que cuando volvió a casa se metió en la ducha para masturbarse y correrse. Pocas veces, con un dedo, se había corrido con tanta facilidad. Pensó también que Claire no la quitaba ojo y que la estaba desnudando con la mirada, pero seguramente serían paranoias suyas.

Durante las siguientes semanas solían coincidir alguna vez por la escalera, últimamente también corriendo. Ane por sus estudios solía salir a correr varios días a la semana y Claire también lo hacía. Había hecho coincidir sus horas de jogging con todo o parte de las horas. Ane no le importaba porque la mujer tenía bastante nivel. ...