La alquilada me dominó - Relatos Eróticos

La alquilada me dominó

... sofá un metro. Se situó delante de la chica. Con las dos manos fue bajando por la frente, sus pómulos, llegó a sus labios y los recorrió con las yemas de sus pulgares. Ane con ese gesto ya se dio cuenta que lo que buscaba Claire era como mínimo sexual. Por una parte, tenía muchas dudas y quería rechazarla, pero, por otra parte, estaba excitadísima. Recorrió su cara varias veces de la misma forma. Luego bajo al jersey, con sus uñas dibujó cada agujero en el jersey. Cogió un pequeño abrecartas y con él fue soltando los botones del jersey. Cuando el jersey cayó al suelo, vio como los pezones de la joven estaban duros. Con las uñas los rozó con parsimonia, tanta que su sexo se terminó de empapar y empezó a suspirar.

Ahora con las manos fue bajando rodeando su ombligo hasta llegar a su cintura. Pasó el dedo índice por toda su cintura. La hizo cosquillas, pero al tener los ojos cerrados, su excitación aumentó. Deseaba poder tocarse, pero empezaba a sentirse como una perra en celo y puso sus manos como queriendo parar:

Para, por favor, esto…. es demasiado. Yo nunca hice nada con una mujer y tú eres ….intentó verbalizar Ane.

¿Yo soy qué? Yo soy una mujer que tiene un trabajo y se gana la vida con él y que le gustan las mujeres y los hombres y que los Domino y poseo. Esto haremos, si de verdad estas incómoda y quieres parar, vístete y vete y las dos olvidaremos lo que ha pasado. Si no, te pondrás en mis manos y a partir de hoy te follaré cuando desee y lo harás con quien desee. Siempre te podrás negar evidentemente pero entonces probablemente cortaremos el juego. Para decidir, por favor, no abras los ojos.

Ane no se movió y preguntó:

¿Como quieres que te llame?

Te dirigirás a mí con respeto, de Usted y como Madeimoselle.

Claire ahora acercó una silla y soltó el botón superior del pantalón de Ane. Luego fue soltando botón a botón hasta quitarle los jeans. Luego cogió de nuevo el abrecartas y lo pasó por encima del tanga. Dibujó su vulva con la punta del abrecartas hasta cortar la tela y que esta cayera con el peso de una pluma al suelo.

Con las uñas rozaba los muslos de la chica, luego con sus yemas los acariciaba hasta llegar a su clítoris donde lo frotó antes de pasar su lengua por su coño e introducir dos dedos en su vagina. La estuvo masturbando hasta que su respiración se entrecortó y sus suspiros se convirtieron en auténticos gemidos.

Ahora ya puedes abrir los ojos.

Ane los abrió, estaba hipercaliente, pero no se movió.

¿Madeimoselle, me voy a quedar así? ---- reprochó Ane.

Claire se levantó como un resorte y la cogió del pelo diciéndola al oído:

Me debes hablar con respeto o si no esto termina, pero no sin antes castigarte con una buena azotaina. Vas a ser castigada por esta insolencia, pero por ser la primera vez será suave. Ahora espera aquí de pies con los ojos cerrados.

Claire volvió y la colocó una capucha que tapó toda su cabeza y un collar que apretaba la capucha en torno a su cuello. Luego esposó sus ...