1. Soy hijo de puta// Cap. 2


    Fecha: 13/09/2024, Categorías: Incesto Autor: JOS LIRA, Fuente: TodoRelatos

    ... fornica, pues ella dice “su pene me nada cada vez que me folla después de haberlo hecho tú.”
    
    —Lo que quiero decir es que su reacción fue bastante exagerada, doña Meche. No debió de tratarme así ni mucho menos pegarme. Más mal hace usted dejándose culear por mí, pues está casada, que su hija, que no tiene ningún compromiso con nadie. Además, ya Angélica me hacía preguntas últimamente. Se le hacía raro que seguido me encontrara en su casa. No me quedó más remedio que decirle que me gustaba ella, y que… pues quería cogerla.
    
    —¡Sinvergüenza, Kike, eres un cabrón sinvergüenza!
    
    —Ah, pero cómo le gusta la verga de este sinvergüenza, ¿no?
    
    —¡Con mi hija no debiste de meterte, Enrique, entiéndelo!
    
    —¿Qué más daba, doña Meche? Yo tenía verga para las dos, pero usted prefirió echarme de su vida. Me dolió, ¿lo sabe? Y no me refiero al sartenazo en la cabeza, sino al hecho de que me echara de su vida. A ver, doña Meche, usted fue la mujer que me enseñó a coger, a mamar tetas y chocho, y quien me mamó la verga y los huevos por primera vez. ¡Claro que me dolió que me mandara a la mierda! Yo le tenía un gran aprecio.
    
    —¿Te dolió, Kike, dices? ¿Que me tenías un gran aprecio? No me hagas reír —Su risa produce que sus ubres gigantes vuelvan a vibrar debajo de su vestido—. Dices que te dolió, pero tú desde hace tiempo que traías a otra mujer, ¿no? O sino dime ¿quién era esa mujer finolis que te trae a tu casa durante desde hace dos años? ¿Tu patrocinadora?
    
    —¿Patrocinadora? —le pregunto, poniéndome desodorante y mi otra axila.
    
    —Sí, Kike. Ella te paga para que la cojas, ¿no? Con razón ahora vistes y calzas mejor.
    
    Su comentario me indigna de verdad.
    
    —No mame, doña Meche. ¿Cuándo le pedí a usted dinero por culearla? Me ofende. Yo no soy así.
    
    —¿No te paga ella tus cosas, entonces, eso me estás diciendo?
    
    Suspiro hondo, para no mandarla a mierda de forma grosera e intempestiva.
    
    —Gloria solía pagarme el gimnasio al principio, no lo niego, pero desde que me volví coach y tengo mis propios clientes como entrenador, yo me hago cargo de todos mis gastos. Nunca le he pedido un solo peso ni a ella ni a nadie para mi ropa, comida o calzado. Y usted lo sabe, ¿o dígame cuándo le cobré por cogerla?
    
    —No, pues no, pero…
    
    —Entonces, doña Meche, no diga pendejadas.
    
    —¡El caso es que te estás yendo a Monterrey, muchacho tonto! ¡Una ciudad tan lejana! ¡Tan cara! Ese lugar no es para ti. Tu eres de pueblo, como nosotros, ¿o desde cuándo te volviste citadino, que no me he enterado? Además allá tienen malas mañas. Estar en la frontera con los Estados Unidos hace que esa gente de Monterrey sea mala, engreía y con vicios. ¿Sabes cuánto tardará el autobús en llevarte hasta allá?
    
    —Trasbordando llegaré en aproximadamente dos o tres días, depende de lo que tarde en trasbordar de un autobús a otro. Si tuviera dinero, le aseguro que me iría en avión y llegaba en dos horas, seguro. Pero me tocó tener una vida de mierda por culpa de la tal Amelia, y por eso ...
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