Jugando a la dominación con la subordinada 2 - Relatos Eróticos

Jugando a la dominación con la subordinada 2

La situación en la oficina ha cambiado mucho desde el pase de disfraces improvisado que le hice a mi subordinada debido a la fiesta de Halloween a la que iba a acudir. Rebeca hacia lo que quería en la oficina, es verdad que las tareas diarias y básicas las cumplía, pero luego era para ella como si estuviera en su casa. Veía series en el ordenador, chateaba, se arreglaba las uñas, hacia gestiones por teléfono que nada tenía que ver con la empresa. Yo, por mi parte quería seguir con el juego de la jefa tonta y manipulable, así que no le recriminaba nada. Además la situación cada vez era más interesante y no se estaba descontrolando, el trabajo base y su actitud cuando venía un cliente era normal y correcta, luego a solas si se despreocupaba.

Cada vez buscaba con más asiduidad humillarme y menospreciarme, siempre bajo la protección de su habilidad para manejarme. En ocasione me decía que tenía una llamada importante que no podía atender en la sala del trabajo y me pedía el despacho para tener privacidad, allí se podía tirar horas en mi silla con los pies sobre mi mesa y hablando con amigas, se sentía superior usando mi despacho, como si fuera suyo. En otra ocasión estábamos hablando en el baño y me dijo que le gustaría saber cómo le quedaría a ella mi blusa, era un comentario raro pues con mi alta talla de pecho era imposible que le quedara bien, pero me dijo que si no me importaba quitarme la blusa y dejársela, yo accedí gustosa. Entonces se puso mi ropa y salió del baño, caminando por la oficina y luciéndose, yo la miraba en sujetador y le animaba diciendo que le quedaba perfecta. En otras ocasiones suele poner reguetón y trap cuando me visto con falda, entonces me dice “Jefa, perrea un poco que se te da bien” y yo comienzo a mover el culo y las caderas mientras la falda sube por mis piernas para acabar en tanga moviendo el culo como una loca.

Estas situaciones son comunes en la oficina, me gustan las ideas que se le pasan por la cabeza, y he conseguido que sea cada vez más divertido ir a trabajar, tengo la emoción en mi vida que estaba buscando. Estoy recordando cuando me hacia la tonta con aquel hombre tan rico que siempre me vacilaba y me engañaba para que le dejara hacer sexo anal, una época de mi vida que paso hace tiempo.

Por otro lado Rebeca sigue dejando caer en ocasiones que venga a la oficina con el disfraz de esclava sumisa que le enseñé la vez pasada, dice que puede ser bueno para que me relaje en la oficina y que me hará descansar. Aun no estoy lista para dejarme hacer esa maldad, aunque sé que si vengo con ese disfraz me tratara como una esclava, según ella para divertirnos, me da reparo que se presente algún cliente o que vengan a visitarnos de forma inesperada, quiero que esto se quede en el trabajo y no trascienda más.

He decidido volver a subir el tono, es mejor que le de oportunidades para que se aproveche de mí, y después de un tiempo he madurado una idea para que nos divirtamos.

- Rebe, guapa ven tengo unas ...