1. La película


    Fecha: 11/09/2024, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... cada roce con su clítoris. La excitación inundaba su cuerpo, sus pezones se hinchaban, su espalda se arqueaba, su clítoris palpitaba, sus manos quisieron buscar su verga dura para palparla, apretarla, sentirla entre sus dedos, pero él, al notar su intención, se separó un paso de su cuerpo, le cogió ambos manos para llevárselas a la espalda y agarrarla fuerte por las muñecas con una mano mientras la otra le dio un azote, sin violencia, pero con fuerza, para después acercarse a su oído.
    
    Cuando yo te de permiso, primero tu merecido, después de tu premio, ¿lo has entendido? - Y se separó para mirarla fijamente en el reflejo esperando su respuesta.
    
    Vale - contestó ella entre los gemidos que ya afloraban por el roce de su clítoris.
    
    No, “vale” no.
    
    Sí, lo he entendido cabrón, eres un cabrón - Se corrigió.
    
    De acuerdo, así está mejor - y soltó sus manos como señal de que la respuesta había sido la correcta - Yo soy un cabrón y tú esta noche vas a ser mi perra ¿Quieres ser mi perra? - Le preguntó con tono desafiante y provocador.
    
    Sí, joder, voy a ser tu perra, voy a ser tu puta, haz conmigo lo que quieras joder - Dijo entre jadeos.
    
    Muy bien, vas aprendiendo. Quítate el tanga y abre las piernas, quiero ver tu coño húmedo.
    
    Y así lo hizo, se bajó el tanga hasta los tobillos, y lo alejó con un golpe de sus tacones para abrir las piernas y mirarle fijamente por el espejo con cara de ansiedad. Él la cogió por la cintura y la separó un paso del espejo para indicarle presionando su espalda que se apoyara con cada mano a un lado del espejo, mirándola durante unos segundos en aquella posición de total disposición para él.
    
    ¿Alguna petición? - Le preguntó él mientras se frotaba con la mano su polla completamente dura bajo la ropa interior de forma visible para ella.
    
    Fóllame, joder, necesito que me folles.
    
    Shhhh… todo a su debido tiempo, primero tu merecido, luego tu premio, no hagas que te lo repita más veces ¿de acuerdo?
    
    Sí, cabrón, lo que tú digas.
    
    La humedad ya resbalaba entre sus piernas, impregnando sus ingles del aroma del sexo. Él comenzó a rozarle desde atrás con sus dedos, para buscar de nuevo sus labios, resbalar con su sexo y acabar por meter dos dedos en su coño hasta lo más profundo de su ser, ella los recibió cerrando los ojos por el placer y mordiéndose los labios para contener los gemidos que ya brotaban sin control de su boca. Sus dedos entraban y salían, rozando su clítoris en cada movimiento, mientras su otra mano recorría su nuca entrelazando los dedos con su pelo rubio rizado. Entraban y salían, cada vez más rápido, se saciaban de su humedad, aumentaban su excitación. Su respiración se había acelerado sin control, su deseo se desbocaba por momentos sin poder contenerlo. Él tampoco podía contener por más tiempo el deseo de su verga palpitante con las venas hinchadas que pedía a gritos salir y sumarse a la fiesta.
    
    Ponte de rodillas con las manos a la espalda - Le ordenó tras sacar los dedos de su coño ...
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