1. Amor de madre


    Fecha: 11/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AlbertoXL, Fuente: TodoRelatos

    ... madre de David acudiera al Ensanche y conociera a Alberto. Fue justo al principio del curso anterior, cuando llegó al instituto un nuevo compañero. Se llamaba Ramón. Su familia era gente de dinero, su arrogancia, y la ropa y zapatillas de marca lo dejaron claro nada más entrar en clase.
    
    La casualidad quiso que lo sentaran al lado de David. Gracias a él, Ramón se hizo amigo de Matías y, gracias a éste y a David, se hizo amigo de los demás. Merced al encanto de lo exótico y al brillo del dinero, Ramón pronto se convirtió en el líder del grupo, un grupo que hasta entonces nunca había tenido un líder, aunque quizá ya lo estuviera reclamando. El sentimiento esencial de la adolescencia es la inseguridad, y la inseguridad requiere de líderes que la combatan.
    
    La diferencia en el mes de nacimiento hacía que en realidad Ramón contase con casi dos años más de edad que David y, además de ser físicamente más fuerte, el nuevo compañero de clase sabía imponerse y hacerse escuchar. Ramón tenía todo lo que podía desear un chaval en esa edad tan compleja: de entrada una familia reputada y con dinero, también un gran chalet en la flamante nueva urbanización de Soto Grande, un carnet del Club de Tenis, una casa de verano en L’aldea y otra de invierno en Canfranc, una scooter Suzuki de 125 cc con la que ir a todas partes y un cobertizo que había convertido en su refugio privado, donde cultivaba unas cuantas plantas de marihuana y pasaba las tardes escuchando rock extranjero, fumando y bebiendo cerveza.
    
    Hasta aquí, todo normal. A partir de aquí, poco o nada. En unos meses la actitud de Ramón hacia David cambió por completo. Su simpatía inicial se convirtió en desprecio, y éste en un odio y violencia injustificable. Simplemente, David se convirtió en la víctima ideal en la que focalizar su ira, con el silencio cómplice de todos los demás, y todo en apenas unas semanas.
    
    Ramón empezó a burlarse de él. Se reía de que leía cómics japoneses durante el recreo en vez de jugar al fútbol, de su forma de hablar y su físico desgarbado. Se reía también de la torpeza de David con las chicas, de sus orejas, de sus gafas y notas de empollón. En realidad le servía cualquier escusa por estúpida y simple que fuera.
    
    Estas burlas se volvieron cada vez más feroces, y David no acertó a frenarlas. Sus amigos, que de entrada no se reían, comenzaron a sumarse a ellas como si aquello les hiciese sentirse mejores. Pronto las palabras no bastaron y, medio en broma medio en serio, Ramón comenzó a aficionarse a darle puñetazos en las costillas, y también alguna que otro cachete en la nuca. Perplejo, David contestaba sonriendo, jugando a devolver los golpes, tratando de quitarle importancia a esa violencia para convertirla en algo cordial, en una broma.
    
    Eso fue al principio. Luego, cuando a Ramón le resultó imposible disfrazar la brutalidad de aquella diversión, David cambió las risas de camaradería por las lágrimas y el distanciamiento de todos ellos. Ramón era el matón, el líder ...
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