1. Amor de madre


    Fecha: 11/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: AlbertoXL, Fuente: TodoRelatos

    ... que la droga le proporcionaba. Aceleró mientras empezaba a escuchar sus propios gemidos entrecortados. Estaba alucinado con su mujer. La observó, tan delgada y frágil, dándoselo todo, desnuda de espaldas a él, sacudida por sus embestidas.
    
    Mery, furiosa con Alfonso, trató de sujetarse a las sábanas. Sus puños se cerraron y, por un momento, pensó en girarse y propinarle un puñetazo al cretino de su esposo, pero apretó los dientes con la esperanza de que eyaculara de una vez. Solo sentía molestias y escozor.
    
    A Alfonso, siempre le había gustado el cuerpecito espigado y frágil de su mujer, como a todos los chicos del Club Náutico, pero fue él quien se llevó a la chica modelo que todos querían. “Mírala ahí, una señorita del club dándolo todo como cualquier puta”. Y lo mejor era saber que ese cuerpecito no había probado otra polla que la suya.
    
    Alfonso se sorprendió de cuánto estaba aguantando en la que era su postura favorita, que no la de Mery. Ella no, ella prefería la del misionero y, para lo poco que follaba con su mujer, Alfonso siempre la complacía. Sin embargo ese día Mery le estaba poniendo más cachondo que nunca. Febril, levantó una de las manos con que sujetaba las caderas de su mujer y, con la palma, le dio un ligero azote. Lo hizo tal y como solía pedirle Verónica, su puta favorita.
    
    Mery emitió un sollozo. “Le gusta”, interpretó Alfonso a la vez que cerraba los ojos para recordar la frase que la colombiana solía decir. “Qué rico, papi… Cómo me gusta que me culee…”. Esa frase le ponía cachondo, y recordarla también.
    
    Ya le quedaba poco para llegar al clímax, pero Alfonso era un caballero. Por supuesto, las damas primero. Un triunfador debía dar placer a las mujeres, y cuanto más mejor.
    
    — Tócate —le ordenó.
    
    Mery hizo como que obedecía, escondió una mano entre sus delgadas piernas y simuló los sonidos pertinentes.
    
    Alfonso sonrió al oír gemir a su mujer, y siguió follándosela como no lo había hecho en todos sus años de matrimonio. Le dio otro azote a Mery y cerró los ojos. A pesar de la edad, tenía la polla como un bate de béisbol, y eso le hinchió de orgullo. A décimas de segundo de eyacular, Alfonso la asió con firmeza de las caderas, decidido a rematar la faena como Dios manda. Siguió ensartándola hasta correrse como el cerdo que era, en tanto que una lágrima anónima se deslizaba por la mejilla de su esposa.
    
    Amor de madre.
    
    Siempre he oído decir que los niños pueden llegar a ser muy crueles, pero los adolescentes pueden serlo todavía más. En el caso de David fue así. En el colegio tenía un grupo de amigos, de los cuales el más íntimo era Matías, pero también estaban Canales, Ruiz, los hermanos Zarco y algún otro. En resumen, aunque él no tenía hermanos, sólo una hermana dos años mayor que él, por lo que no sería exagerado afirmar que durante la niñez aquellos chavales sustituyeron a los hermanos que David no tenía. Pero en la adolescencia dejaron de hacerlo.
    
    El cambio empezó casi un año antes de que, furiosa, la ...
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