1. De día una dama y de noche toda una gatica


    Fecha: 27/09/2019, Categorías: Confesiones Autor: profelocutor, Fuente: CuentoRelatos

    ... bailamos. Pude oler su cabello azabache y en un profundo suspiro inhale el aroma rico de su cabellera. Pasé mi mano sobre esos cabellos y los acaricié. Ella se permitió pasar sus manos sobre mi pecho y ambos allí comenzamos a calentarnos y a entrar en materia.
    
    Ambos con nuestros respectivos antifaces nos acercamos y comenzamos a besarnos tiernamente, al menos eso hacía yo. Unos labios carnosos sensuales y que poco a poco comencé a saborear más a profundidad. De repente mi lengua quiso abrirse paso a través de ellos y no sentí impedimento alguno al hacerlo.
    
    Bajé mis manos detrás de ella toqué donde siempre había querido: ese hermoso y monumental culo, esas nalgas de ensueño que me habían robado varías pajas en el baño de mi cuarto.
    
    No era un sueño! no estaba dormido imaginando eso, era muy cierto, era yo quien la manoseaba, la acariciaba, olía su cabello y la tenía apretada sobre mi pecho.
    
    -Qué hermoso trasero tienes “gatita” se siente rico. -Le susurré tiernamente al oído.
    
    Ella casi de inmediato dejó escapar un suspiro muy romántico en señal de que le gustaba y denotaba que ya entraba en calor.
    
    -Aaah! Gracias corazón, disfrútalo. Es todo tuyo ahora, gózalo y hazme tuya. -Me contestó con voz erótica.
    
    Yo ardía en llamas, pero sabía que no podía darme el lujo de acelerar el proceso, por el contrario; quería que fuese toda la vida, que el tiempo se detuviera, que se perpetuara ese momento.
    
    Seguidamente se dio vuelta, aproveché y le acaricié su cuello por detrás y aparté su cabellera hacia un lado para seguir con mis labios tocando esa parte de su cuerpo al momento que degustaba el aroma de su piel. Ella bajó su mano derecha hacia mi entrepierna y de inmediato tocó lo que parecía una montaña, un bulto, una enorme y gran pija que como un león enjaulado se mantenía allí y que quería salir a comerse esa “gatita”.
    
    -Qué dura y grande la tienes corazón, la quiero ver! -Me dijo.
    
    Oír eso permitió que yo gesticulara:
    
    -Ohhh! También mi pija es para ti esta noche corazón, mi gatita, toda tuya.
    
    Desabotoné su vestido y suavemente se lo quité y lo dejé caer sobre el mueble donde minutos antes ella había estado sentada. Pude ver con más detenimiento su esbelto cuerpo. Sus curvas, su contorneado y hermoso trasero quedó ante mí. Sus piernas lindas y al darse vuelta quedaron ante mi sus enormes pechos, firmes como ningún otro, los cuales traía al aire libre sin brassier.
    
    Ella por un momento modeló para mí, dio una vuelta para que le mirara todo su cuerpo que tan sólo era cubierto por una diminuta y sensual panty color roja. Se acercó a mí y me tomó las manos y las colocó sobre sus pechos y me dijo:
    
    -No tengas pena, acarícialos, son tuyos ahora. Bésalos corazón.
    
    Yo sin perder tiempo me llevé un pezón a la boca y comencé a succionarlo, a tragarlo, me pasé al otro pecho no menos hermoso y también lo chupaba, lo saboreaba mientras ella desabrochaba mi correa de pantalón y yo a la vez me quitaba la camisa para quedar finalmente ...
«1...3456»