1. De día una dama y de noche toda una gatica


    Fecha: 27/09/2019, Categorías: Confesiones Autor: profelocutor, Fuente: CuentoRelatos

    ... blancas, rubias. Incluso había servicio para damas con los hombres de diferentes tipos y formas, además de sexo diverso inclusive.
    
    Buscando yo entre las chicas morenas, allí estaba ella, mi Karla mi tan deseada y soñada Karla. Supe que era ella porque demás está decir que dentro de la confidencialidad se encuentra el detalle de proteger la identidad de las “escorts” que allí se observan. Pero yo a mi favor tenía algunos detalles que conocía de ella como su cabello, además de un lunar en su hombro derecho el cual en algunas oportunidades se lo observé debido al uso de algunas blusas descotadas que lucía. Los distinguí en su cuerpo en las fotos de presentación. No cabía lugar a dudas; era ella.
    
    No quedaba más que hacer la reservación, ingresé a la web, realicé todo el protocolo de solicitud y como fetiche sencillo el cual ella podía cumplir era que llevara un antifaz en su rostro, esto con la idea de yo también colocarme uno ya que si ella me reconocía de inmediato, tal vez no querría estar conmigo, imaginé.
    
    La habitación en un lujoso hotel de la ciudad se prestaba para yo ver realizada mi fantasía con aquella hermosa mujer.
    
    La luz de la habitación la gradué un tanto tenue y una botella de vino rosado que solicité y un ramo de rosas rojas eran parte del encanto de aquella decoración sublime que se hacían cómplice de mi amoroso y erótico plan de seducción.
    
    Sonó la puerta de la habitación y me apresuré abrir despacio tratando de no mostrarme nervioso e inquieto.
    
    Allí estaba ella, Tal como la imaginé, cabellos largos, su piel morena. Lucía un vestido rojo turquesa que le llegaba hasta las rodillas, un perfume de aquellos que olía yo al ella subirse al coche, y por supuesto el antifaz que le cubría algo de su rostro pero que sin lugar a dudas me dejaba reconocer aquel su lindo rostro.
    
    -Hola corazón, buenas noches aquí estoy! Me habló con aquella voz tan sensual que obvio, era parte de su presentación.
    
    -Buenas noches señorita! Pase adelante por favor. Le dije con voz caballerosa y muy varonil.
    
    –Ponte cómoda! Le dije.
    
    Le serví una copa de vino y de inmediato me senté frente a ella e intenté comenzar una plática para romper el hielo. Era indiscutible que yo sólo quería cogérmela, llevarla al lecho de amor y hacerla mía finalmente.
    
    Por cierto no les había comentado que en su perfil de la página de citas, ella se hacía llamar “gatita salvaje”.
    
    -Llámame John! -le dije.
    
    -Yo gatita salvaje, dime gatita. Me encanta ese nombre y cuando estoy con mi amante me gusta que me lo mencionen te diré.
    
    -Ok, lo tendré en cuenta… “gatita”.
    
    Coloqué algo de música de fondo, le serví nuevamente más vino en su copa y le dije que si quería ir al baño, le señalé por donde.
    
    -Ok gracias -contestó ella.
    
    Se me acercó con aquel cuerpo de diosa hermosa y me extendió la mano y me dijo:
    
    -Bailamos?
    
    Tomé su mano y nos juntamos suavemente cuerpo a cuerpo muy sutilmente pegaditos, ella recostó su rostro de lado sobre mi pecho y ...
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