Soy un hijo de puta I - Relatos Eróticos

Soy un hijo de puta I

... sentí muy dolido, pero nunca te odié. Todavía te quiero. Mucho ━contesté abrazándola. Quería saber cómo se sentían aquellas tetas contra mi cuerpo.

La hice sentar y puse un par de copas. Ella se quitó el abrigo y mis ojos se abrieron como platos. Venía vestida para matar. Una blusa semitransparente dejaba entrever su sujetador de encaje y una minifalda de cuero marcaba como un guante su tremendo culo y dejaban asomar el inicio de unas medias. Mi mirada no pasó desapercibida para ella.

━Siento que tengas que verme así ━se lamentó mientras sus mejillas se teñían del mismo color rojo de sus carnosos labios.

━Estás… despampanante ━iba a decir buenísima, pero me corté a tiempo.

━Gracias, cielo. Esta es la ropa de… trabajo ━titubeó.

━Pues te queda de miedo. Estás guapa y elegante.

━Estoy cómo lo que soy. Puedes decirlo ━la tristeza se traslucía en su voz.

━Todavía no me has contado cómo se te ha ocurrido esta “solución”.

━En realidad se le ocurrió a tu padre. No encontraba trabajo y no vimos otra solución. Así al menos vamos saliendo adelante. Aunque al final como te dije tuvimos queponer el piso en venta ━confesó con tristeza━. Hoy esperaba tener una buena noche, pero parece que todo se ha torcido.

Esa confesión hizo que mi polla recordase por qué estaba ella allí. Ya no podía verla como a una madre, ahora era una milf que me encendía con su presencia y su suave fragancia que llegaba hasta mí desde el otro lado del sofá. Mi vena cabrona se estaba acelerando.

━Nadie ha dicho que te vayas a ir sin el dinero ━dejé caer.

━No espero que me hagas un préstamo, Nesto. Sé que no tengo derecho a pedirte eso.

━No quiero que me lo pidas. Y no te haré ningún préstamo.

━¿Entonces? ━me miró como si no entendiese nada.

━Entonces, gánatelo ━me encogí de hombros sorprendido de mi propia osadía, pero mi polla pensaba más que mi cerebro.

━¿Estás loco? ¡Soy tu madre!

━No. Estoy caliente desde que vi tu foto en internet. Y hoy no eres mi madre. Eres mi puta para toda la noche ━ni yo mismo me conocía━. Así que si quieres tus quinientos pavos, ya sabes.

━Eres tan cabrón como tu padre ━me dijo con desprecio━. Ese no es el cariño que que te eduqué.

━No. Me dejaste muy claro que tu marido estaba antes que tu propio hijo, carne de tu carne. Pues ahora quién manda soy yo. Y si quieres llegar a casa con quinientos pavos más ya puedes ir desnudándote. A no ser que prefieras llegar y explicarle al borracho de tu marido que no hay pasta porque tu cliente resultó ser su hijo.

Me miró con odio durante un par de minutos. Una guerra se libraba dentro de su alma. Sabía que yo tenía razón. Si llegaba sin la pasta, a saber que le haría aquel malnacido. Con lágrimas en los ojos se puso en pie y comenzó a desnudarse.

Despacio y sin mirarme comenzó a soltar los botones de su blusa hasta que ésta quedó abierta del todo. Ahora podía ver sus areolas marrones a través del encaje del sostén. Su vientre, apenas abombado por la edad, era ...