1. Soy un hijo de puta I


    Fecha: 26/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Lope de Verga, Fuente: TodoRelatos

    SOY UN HIJO DE PUTA.
    
    Capítulo 1 de 2
    
    Sí. Has leído bien el título. Soy un hijo de puta con todas las letras. Pero no adelantemos acontecimientos. Empecemos por el origen de este descubrimiento.
    
    Me llamo Ernesto aunque todos me conocen como Nesto. Cuando todo empezó yo tenía poco más de treinta años. La vida me sonreía. Me había hecho una pequeña fortuna después de invertir en bitcoins y vivía de rentas, literalmente.
    
    Mi padre, Paco, era empleado de banca y Charo, mi madre, ama de casa; un simple adorno para lucir en eventos sociales pero sin voz ni voto en el matrimonio. Él tenía entonces cincuenta y cinco y ella apenas la cincuentena.
    
    Yo había sido la consecuencia de un polvo de verano. No sé cuánto tiempo llevaban de novios pero esa noche el polvo acabó en embarazo. Las consecuencias fueron una boda organizada a toda prisa que él no deseaba (y creo que ella tampoco) para disimular el bombo y a los nueve meses un bebé que él no quería.
    
    El muy cabrón nunca se molestó en ocultar su desdén y hasta un poco de odio hacia mí. Mi madre sí fue una madre amorosa que intentaba compensar los desprecios continuos de su marido hacia ella y sobre todo al fruto de su calentura. Mientras ella procuraba darme amor, él se empeñaba en culparme de su forzada boda. Como si el joputa no hubiese estado allí empujando todo lo que podía.
    
    Empecé a trabajar muy pronto en todo lo que me salía. Quería independizarme y perderle de vista. Pero empezaba a hablarse de las criptomonedas, en concreto de los bitcoins. Me pareció una inversión rentable y ahorraba todo lo que podía para comprar bitcoins que en ese momento estaban muy baratos. Poco a poco me hice con una buena suma. Esperaba que en cinco o diez años podría duplicar o con suerte triplicar su valor.
    
    Un día el viejo, que sabía que yo no era derrochador y contaba con que tendría una buena suma ahorrada quiso que yo le prestara una buen pico para cambiar de coche y pagarlo al contado. Por supuesto le dije que no y le expliqué lo que había hecho.
    
    Ni que yo hubiese matado a JFK. Me llamó de todo menos guapo. Intentó hasta agredirme, pero me planté delante de él y vio que le sacaba ya más de una cabeza, unos cuantos kilos y unas ganas tremendas de abrirle la cabeza así que se detuvo. Pero ni así se achantó. Decidió echarme de casa. Mi madre contempló todo el espectáculo desde la puerta de la cocina sin atreverse a abrir la boca y mirando al suelo sollozando. Yo tenía entonces casi veinte años.
    
    Sin decir nada entré en mi dormitorio, metí cuatro cosas en una bolsa de deportes y me largué.
    
    Encontré una pensión en la que pasé un par de meses mientras buscaba algo barato dónde meterme. Por un lado me alegraba de haber perdido de vista a mi padre, pero por otro lamentaba haber dejado a mi madre con aquel desgraciado. La llamaba casi cada día para decirle que estaba bien y que la quería. Poco a poco las llamadas fueron espaciándose cuando ella me confesó que no me había defendido porque a fin de ...
«1234...10»