1. Soy un hijo de puta I


    Fecha: 26/09/2019, Categorías: Incesto Autor: Lope de Verga, Fuente: TodoRelatos

    ... cuentas mi padre era su marido y quién mandaba en casa. Eso sí me destrozó.
    
    Mientras tanto los bitcoins habían subido como la espuma y mi inversión inicial se había multiplicado por mil. Con apenas veinticinco años era, no millonario, pero casi. Decidí que era buen momento para recoger las ganancias y empecé a invertir en inmuebles. Casi sin darme cuenta había comprado (a tocateja) una docena de bajos comerciales que me permitían vivir mejor que bien de los alquileres. Me compré una parcela en las afueras e instalé una pequeña casa prefabricada de madera que era mi sueño.
    
    Así estaban las cosas cuando saltó la crisis inmobiliaria. Tuve suerte y mis locales siguieron funcionando. También es cierto que al contrario que otros propietarios no intenté ahogar a mis inquilinos y les di cuartel. No ganaba tanto pero era más que suficiente y tenía los locales arrendados. Me iba bien. Ya estábamos en la recta final pero todavía no lo sabíamos.
    
    En lo personal, había tenido varias relaciones pero ninguna había funcionado. Con el tiempo me di cuenta que lo que me ponía eran las maduras pero no quería ninguna atadura. En la cama sabían muy bien lo que querían, cómo lo querían y sobre todo, sabían dar. La experiencia es un grado. Así que de vez en cuando iba de caza a locales donde yo sabía que la media de edad era propicia para mis intereses. En esa época descubrí que también había anuncios de mujeres casadas que buscaban sacarse un sobresueldo para permitirse los caprichos que sus maridos no les concedían. No me volví adicto, pero sí un cliente más o menos habitual.
    
    En una tarde de invierno estaba aburrido en casa ante la chimenea con un vaso de licor y pululando por internet. Encontré un anuncio de una milf que no conocía pero me llamó la atención. Había algo familiar en aquellas fotos. Era de mi ciudad y tenía un cuerpazo impresionante para el medio siglo de edad que decía tener. No se veía su cara, pero tenía unas buenas tetas bastante firmes para su edad y era evidente que no eran operadas. Su trasero también era firme. Aquella milf se mantenía muy bien. Lástima no poder ver su cara pues aparecía pixelada, pero se veía una melena dorada hasta los hombros y se intuía que no era fea de rostro.
    
    Pero era el fondo de las fotos lo que llamó mi atención. Me pareció demasiado familiar. En una en que se veía en pie ante una pared tras ella aparecía un cuadro que yo conocía por haberlo visto en casa de mis padres. Vale que había mil copias de ese cuadro. Pero el mueble que apenas asomaba a su derecha también era igual. Había otra en la que aparecía a cuatro patas sobre una cama enseñando su ojete y el coño. El cabecero era idéntico al de la cama de mis padres. Y para rematar aquel lunar cerca del cuello. Lo conocía de sobras. ¡Aquella jamona era mi propia madre!
    
    A pesar de todo, mi hermanito pequeño me dijo que le ponía, así que busqué el contacto y aparecía una dirección de correo. ¿Qué hacer? Estaba empalmado como un burro y acabé masturbándome. ...
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