1. Al viejo de don Margarito le gustan jóvenes


    Fecha: 08/09/2024, Categorías: Sexo con Maduras Autor: Arandi, Fuente: CuentoRelatos

    ... despidió.
    
    “¿Cómo está eso de que le recuerdo a su abuelo? Hija de su...”, me decía el Don, no queriendo aceptar su evidente edad.
    
    Su frustración lo llevó a un estado encabronante de mal humor. Cada rato: “Tengo que chingármela”, decía. Estaba obsesionado con Mari Paz pese a que ya no trabajaba para él, tanto que lo invité a un putero para que se desahogara. Y no les miento, el viejo sí que era enjundioso, podía oír en el cuarto que a mí me tocó los crujidos del catre del cuarto de arriba, donde aquél se beneficiaba a la suripanta elegida.
    
    «Caray, de la que se salvó», pensé cavilando en la muchacha. «Para su buena suerte no se la chingó este viejo cabrón».
    
    Pero estaba equivocado. Para mala suerte de Mari Paz y buena de Margarito, Alejandro, el esposo de Mari Paz, había tenido un accidente automovilístico. Luego de una noche de copas, mientras regresaba a casa, se juntaron su estado etílico, la tormentosa lluvia y un desafortunado peatón que había atravesado la calle en mal momento. Aquél no sólo lo arrolló sino que huyó y luego dieron con él.
    
    Alejandro se veía en un trágico predicamento y junto con él su esposa. Tendrían que pagar los daños ocasionados, además de responder judicialmente por atropellar a aquél. El dineral que le costaría pagar los daños era cuantioso. Ya no digamos el riesgo de ir por varios años a la cárcel.
    
    Fueron días muy angustiosos para la muchacha y llegó, incluso, a pedirle ayuda a don Margarito, quien se portó especialmente atento y cariñoso con ella. Claro que era porque ya se traía entre manos su sucio plan. Mari Paz no sabía lo perverso que podía ser su antiguo patrón. Así pasaron los días y...
    
    —Cuanto deseaba esto —decía el viejo verde, mientras se asía de las nalgas de la muchacha varios años menor que él, e incluso más joven que algunos de los hijos del “venerable”.
    
    Don Margarito y ella estaban hincados, uno frente a otro, en la cama; ella sólo vistiendo sostén y bragas, y él mostrando orgulloso su correoso cuerpo desnudo. La pareja de joven hembra y hombre curtido, destacaba en sus cualidades por contraste. Quedando frente a frente estaban a punto de enfrascarse en cruda unión sexual.
    
    Yo pude verla pues el viejo la grabó sin que ella lo supiera y tal video me lo presumió lleno de orgullo por su fechoría.
    
    —¿De quién son estas nalgas, mi amor? —decía don Margarito en la grabación.
    
    Mari Paz se quedaba callada pero eso a él no le importaba, el Don sabía bien que eran suyas, el dinero que le había facilitado a la pobre necesitada pagaba por ellas. Eran tan suyas que podría hacer con ellas lo que quisiera y nadie se lo impediría.
    
    Le bajó entonces las pantaletas dejando al descubierto los dos gajos de carne morena y la raya que los dividía. Eran tan bellos como me los imaginaba. Luego retiró el brasier y se apoderó de los pechos, tomando ambos con sus dos manos, y sorbiéndolos uno por uno con chupetones bien tronados.
    
    —Mi nena linda, te adoro —le decía a la pobre mujer que tenía ...
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