1. Rechacé su petición, pero me comí su panochón


    Fecha: 07/09/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... guerra que estoy seguro de que aguanta algunos cañonazos.
    
    - Ni lo dudes… yo te aguanto y mucho más… créeme que me siento toda una puta en la cama.
    
    - Hablando de putas… pensé que eras una de esas chicas que se venden cuando me disté tu tarjeta de presentación. La verdad que eso fue lo primero que se me vino a la cabeza. – y Gisselle Angélica sonreía.
    
    - La verdad que soy una puta, pero solo soy puta cuando verdaderamente me gusta un hombre. Lo bueno mi querido señor Antonio es que no le voy a cobrar. Soy una puta gratis para usted.
    
    - Si eres mi puta dejaras que mi verga entre en este culito… ¿verdad?
    
    - Ni lo dude… Usted se lo puede coger como usted quiera. Y, Antonio… le voy a dar una gran sorpresa cuando usted haya hecho conmigo lo que usted sé que tiene en mente. Le voy a dar esa sorpresa si usted me adivina ¿qué color de calzones llevo?
    
    Por un momento me desconcertó, pues lo primero que se me vino a la mente era que esta chica fuese realmente uno de esos chicos arreglados. Le había tocado sus glúteos y sus pechos que no eran tan grandes, pero llegaban a esa copa C. Realmente en ese momento los besos me supieron a hiel y casi me retiraba por ese mal pensamiento y para no parecer enojado o inoportuno le contesté:
    
    - ¡No llevas calzones!
    
    - Creo que usted es el psíquico… ¿quiere comprobarlo?
    
    - Si… me gustaría ver esa rica panocha. -le dije con cierta ansiedad.
    
    Giselle Angélica se fue a la cama y se puso con sus piernas abiertas. Pude ver una panocha indescifrable por la poca luz, pero definitivamente cuando me acerqué era un panochón para saciar cualquier ansias. Llevaba un calzón transparente, de esos color piel y lo mojado de su panocha prácticamente se miraba como si no tuviera calzones. Ese olor con el perfume que llevaba me enloqueció y fui directo a chupársela.
    
    - ¡Ah que rico! Usted es de esos hombres que saben lo que nos gusta a las mujeres.
    
    - ¡Tienes una panocha que me encanta!
    
    - Usted haga lo que quiera con esa panocha… cómesela que es toda suya. ¡Qué rico la chupa usted!
    
    Entonces fue que me di cuenta de que llevaba uno de esos calzoncitos pequeños de una tela como de medias y era por eso por lo que parecía que no llevaba nada. Una panocha de labios gruesos y un clítoris de buen tamaño y le olía a aroma de coco y le sabía un tanto dulzón como la fruta misma.
    
    - ¡Me gusta el coco! – le dije.
    
    - Entonces… siga comiéndose ese coquito. -me decía con un gemido ahogado.
    
    Después de unos minutos hicimos una pausa pues Gisselle Angélica no quería mojar el vestido y le ayudé a removérselo. Era solo una pieza con un cierre sobre la espalda. Llevaba un brasier blanco y tenía unas de esas tetas alargadas con una areola y unos pezones pequeños… todo lo contrario a su panocha. Tenía un cuerpo bien proporcionado a su altura y unas nalgas que quizá eran lo que más le sobresalía de su cuerpo. Llevaba unos tatuajes en su espalda baja con jeroglíficos chinos y unos caballitos de mar por debajo de sus tetas. Su ...
«1234...8»