1. Rechacé su petición, pero me comí su panochón


    Fecha: 07/09/2024, Categorías: Grandes Relatos, Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    ... como en cualquier ciudad grande pues hay bandas delincuenciales. Pero las feromonas de esta mujer me despertaron la curiosidad y ese vaivén de sus caderas me lanzaban a arriesgarme. Regularmente cuando estoy en México compro de esos teléfonos temporales, aunque tengo servicio internacional, pero eso es para que los míos no tengan impedimento en comunicarse conmigo. Estos números telefónicos los desecho cada vez que vengo cada invierno y si algún inconveniente pasaba por llamar a esta chica, pues me hacía de otro. Le llamé en 15 minutos.
    
    - ¿Eres Antonio? -preguntó.
    
    - ¿Y tú… eres psíquica? -y río.
    
    - Pensé que no me llamarías… tardaste mucho.
    
    - Y dime Giselle Angélica… ¿de qué se trata esto?
    
    - ¿Le puedo textear?
    
    - ¿No puedes hablar en el momento?
    
    - No de donde estoy en el momento… ¿puedo textearle?
    
    Pasaron unos cinco minutos que me dieron la pauta para tener en la imaginación y volver a sentir ese perfume que dejó y regresar a ver ese bailar de sus caderas con ese vestido de falda corta. Su rostro era de piel clara, con cabello largo y oscuros, con unos ojos también negros y achinados. Bonita sonrisa, bien maquillada y con unas cuantas cadenas de oro, aretes en sus orejas y un reloj que parecía muy fino. A primera vista le calculé entre 28 a 33 años. Nunca supe su edad pues nunca le preguntamos eso a las mujeres. Me llegó un texto:
    
    - Esto se trata de que tú y yo la pasemos bien. ¿Se te antoja?
    
    - Es obvio que se me antoja… ¿Me estás invitando a coger? -le contesté.
    
    - Me gustan los hombres como tú. No te vas por las ramas. – y me ponía una de esas caritas sonriendo.
    
    - ¿Te gustan los hombre viejos?
    
    - Me gustan los hombres de experiencia y sexis como tú. ¿Quieres coger conmigo?
    
    - Depende.
    
    - ¡Depende! ¿Depende de qué?
    
    - Depende de lo que tú estás dispuesta.
    
    - Contigo en una cama, estoy dispuesta a que tú hagas conmigo todo lo que tú te puedas imaginar.
    
    - ¿Tienes tiempo esta mañana?
    
    - ¿Dónde nos vemos?
    
    - Cerca del café hay un motel que se mira bastante bien.
    
    - Si… sé de cual me hablas. Te veo en el estacionamiento en media hora.
    
    Exactamente en media hora estaba llegando al estacionamiento del motel y con una naturalidad y como si tuviéramos tiempo de conocernos me dio un beso y me tomó de la mano. Caminamos hacia la recepción como si se tratara de una pareja y luego de pagar por la habitación nos fuimos comiendo a besos hasta llegar a la puerta. Me llegaba un poco arriba de mis hombros y le calculé una medida del metro setenta con esos zapatos de tacón alto. Olía muy rico y la verdad me sorprendía que sin mucho esfuerzo o nada de esfuerzo me estaba llevando a esta linda chica a la cama.
    
    Le besaba el cuello y los lóbulos mientras mis manos se posesionaban de sus nalgas sobre su vestido. Ella me tocaba el falo por sobre el pantalón y me dijo:
    
    - Tienes buen armamento… esto no es una pistolita, esto es un cañón. -me dijo riendo.
    
    - Y creo que esto que estoy tocando es un teatro de ...
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