Mi hermana gemela - Relatos Eróticos

Mi hermana gemela

... separamos tenía los ojos vidriosos, a punto de derramar unas lágrimas.

Estuvimos tentados de seguir descubriendo más cosas de nuestro libreto de cabecera. Sin embardo decidimos dejarlo ahí y avanzar en otro momento imitando a los protagonistas de las fotos. La verdad es que no nos demoramos mucho. Esa misma noche, en mi cama tapados completamente con el edredón y provistos de la lamparita de la mesilla, continuamos descubriendo el mundo del sexo.

Estábamos deseando follar como hacían en la revista. Ambos pensábamos que estar dentro de ella sería lo más bonito que nos podía pasar. Sin embargo, la sombra de un posible embarazo era suficiente para estar de acuerdo en que no debíamos experimentarlo. Así que esa noche repetimos sexo oral, esta vez en posición del sesenta y nueve. Nos gusto tanto que repetimos dos veces más en la misma noche. Cuando Manoli se fue a su cuarto ya estaba amaneciendo.

Empezamos a buscar la información que necesitábamos para conseguir follar con seguridad y sin preservativo, por entonces era muy complicado conseguirlos y ni siquiera muchas farmacias los vendían. Las que lo hacían te pedían casi el libro de familia para asegurarse que estabas casado. Aun así, miraban al cliente con desprecio por considerarle un pervertido.

Respecto a esto, recuerdo una anécdota que refleja la moral en este sentido de la época. Los hombres, nunca las mujeres por dios, solo lo hacían las putas, cuando entraban en una farmacia y había alguna mujer comprando, pedían una caja de pastillas Juanola, eran unas pastillas pequeñas de regaliz. Te las ponían encima del mostrador y disimuladamente te enseñaban la caja de condones. Si les decías que sí con un gesto, te lo metían todo en una bolsa de papel y te cobraban. Ni que decir tiene que las mujeres conocían el juego perfectamente, pero hacían como si no se enterasen. Eran otros tiempos donde todos en España éramos católicos, apostólicos y romanos por gracia del dictador Franco, que evidentemente era muy superior a dios, faltaría más.

Inesperadamente fue mi madre la que le dio la información necesaria a mi hermana explicando como funciona el ciclo menstrual de la mujer. Cuando era más fácil quedarse embarazada y cuando no. Y la clave de todo, durante los días de menstruación era imposible quedarse embarazada y los siguientes raramente.

Seguimos con nuestros juegos manuales y orales, casi diarios, a la espera de su próxima regla. Ya teníamos estudiado todo lo que teníamos que hacer, preliminares incluidos. Sabíamos lo del himen y que tenía que empujarlo con el pene hasta que se lo rompiera y que unas veces era fácil y otras doloroso para ella.

Esperamos al cuarto día porque fue cuando dejó de sangrar copiosamente. Yo la hubiera chupado un poco el clítoris para excitarla pero ella se negó, le daba pudor. Tampoco es que fuera necesario, porque cuando le puse el pene entre los labios del pubis y empujé un poco, el capullo entró sin problema. Estaba excitadísima y empapada ante la ...