1. Con mi ex en su casamiento


    Fecha: 26/09/2019, Categorías: Infidelidad Autor: DAMECANDELA, Fuente: CuentoRelatos

    ... cuello, y mirándolo a los ojos le dije:
    
    –Quiero que me hagas acabar.
    
    Me tiró fuerte del pelo de la nuca y me sonrió antes de besarme intensamente. Me tomó de las caderas y comenzó a moverme con fuerza. Yo estaba por alcanzar mi orgasmo, y en ese momento Pedro volvió a meter su dedo en mi culo, esta vez agregándole un segundo dedo, lo que terminó de detonarme. Exploté sobre él mientras él amortiguaba mis gemidos con su mano libre.
    
    –Estoy cansada de que me gustes tanto. –le dije– Parate.
    
    No dijo nada y se paró. Le gustaban las órdenes tanto como a mí.
    
    Me puse en cuclillas con mis tacos enormes, y comencé a comerme su verga. Era probablemente la pija que más me gustaba en el mundo.
    
    Él me miraba hipnotizado y tiraba su cabeza hacia atrás sin poder evitar que sonara su respiración agitada.
    
    Tenía su mano derecha entre mi cabello y por momentos me marcaba el ritmo.
    
    Sabía exactamente qué y cómo le gustaba. Qué ritmo, intensidad, profundidad y humedad. Pedro me tomó con sus dos manos marcando las últimas embestidas antes de estallar en mi boca. Saqué mi lengua y lo miré, mientras saboreaba su semen y disfrutaba su cara de satisfacción.
    
    Me levantó del piso y limpió con su dedo pulgar mis labios.
    
    –Me hace mierda que seas tan linda. Y a mí también me agota que me gustes tanto. –dijo bromeando– Esta es nuestra despedida?
    
    No respondí inmediatamente porque no tenía la respuesta. Siempre creía que era nuestra despedida y nunca lo era. Me limité a sonreír y acariciarlo con ternura. Acomodamos bien nuestra ropa y salí primero del cubículo para verificar que no hubiera nadie.
    
    Había una chica que yo no conocía lavándose las manos. Me pregunté si habría escuchado algo. Seguramente sí, pero su rostro estaba tranquilo y no me dirigió más que una mirada indiferente. Me miré al espejo, me arreglé un poco el maquillaje corrido y me peiné un poco con los dedos. No me veía tan mal como esperaba. Cuando la chica se fue le golpeé la puerta a Pedro para indicarle que podía salir. Antes de que él abriera la puerta del cubículo yo ya me había ido de allí perdiéndome entre la gente al ritmo de quién sabe qué canción de carnaval carioca. 
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