1. La dicotomía del si y del no en nuestra relación


    Fecha: 05/09/2024, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Lara, Fuente: CuentoRelatos

    ... un poco el trozo de tela y acerque su glande metiéndolo entre mis labios que se iban abriendo a su paso hasta que penetro dentro de mí unos pocos centímetros, los justos para que los dos sintiéramos el placer y soltáramos un pequeño gemido entre nuestros labios que seguían alimentándose el uno del otro, Un pequeño empujón con tu pelvis y tu glande penetro aún más dentro de mí, mi cuerpo tembló de placer y abrazándote por la espalda me acerque más a ti metiéndome casi en su totalidad tu pene soltando esta vez yo sola, un gemido que consiguió que apartara mis labios de los tuyos echando la cabeza hacia atrás con la boca abierta y cerrando con fuerza los ojos al igual que mis piernas y brazos le rodeaban con fuerza clavándote las uñas en tu espalda.
    
    Con pequeños movimientos con nuestras pelvis tu pene entraba y salía de mi interior, como si fuera un cuchillo calentado a fuego penetrabas dentro de mi vagina que se habría a ti envolviéndote con los jugos que ya inundaban mi interior, sacando de mí los gemidos más dulces que solamente estaba dispuesta a regalarle a ti, pequeños gritos en tu oído pidiéndote que no pararas, que me amaras, el roce interino de tu sexo en el mío, los besos intermitentes y caricias continuas de nuestras manos en las espaldas que no paraban ni un solo segundo, sentía como mi cuerpo me abandonaba y mi piel se erizaba abriendo todos mis poros, tu pene seguía navegando cada vez con más profundidad dentro de mí, pequeños empujones seguidos de una parada tocando con tu glande las paredes de mi útero, sacando pequeños gritos inaudibles, inhalaba todo el aire que mis pulmones podían mantener para exhalarlo despacio cuando sentía que su pene me acariciaba la vagina en su salida para volver a entrar y volver a experimentar esa sensación de placer que me llego a que mi cuerpo temblara y el éxtasis cerrara mis ojos.
    
    Tú también apartaste la mirada cerrando los ojos y con un empujón fuerte de tu pelvis penetraste tan dentro de mí que mi cuerpo empezó a convulsionar de placer, que tocara el cielo contigo dentro de mí, luego otra y otra penetración hasta que volvimos los dos abrir los ojos a la vez, a mirarnos cuando los gemidos y gritos inundaban la habitación rodeándonos, mirándonos a los ojos y sintiendo como ambos orgasmos reducían mi vagina a un mar de flujos ardientes que envolvían su pene que disparaba chorros de semen dentro de mí.
    
    Sin sacarme el pene de mi vagina, aun todavía sentada encima de ti, mis piernas y brazos todavía rodeando tu cuerpo, me besaste, sin dejar que nuestros labios se separan caímos hacia un lado, acariciando mi espalda las sábanas blancas, de alguna manera te quedaste entre mis piernas abiertas, nuestros cuerpos sudados se fundían piel contra piel, sentía todavía tu pene llenando mi vagina sin apenas haber modificado la dureza, apenas me miraste, acariciaste mis muslos cubiertos todavía con las medias negras y seguiste estimulando mi vagina entrando y saliendo despacio.
    
    —Moni... no canceles nada, ...
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