1. Señorita | Capítulo 14: De visita a la cárcel


    Fecha: 04/09/2024, Categorías: Hetero Autor: Sweetpixel, Fuente: TodoRelatos

    —Así que le diste 9 mil dólares a un niñato, y ahora sois socios, —me dice Estefanía después de dibujar la forma de una cordillera con sus dedos. Efectivamente le he contado mi inversión en el proyecto de Lucas.—18 años, 11 meses y 24 días —le digo mientras ahogo una risa. Ella ríe a carcajadas.—¿Si te das cuenta que está enamorado de ti? —Me pregunta. Tras unos segundos en los que dibujo la forma de un corazón le contesto que lo sé, ella completa la forma de un pene donde el corazón que he dibujado son las bolas.Ambas reímos ruidosamente durante cinco segundos.—¿Y el Innombrable?, —me pregunta, tras unos segundos le contesto que he estado escapando de él.—He escapado de él gracias al GPS que le coloqué.—¿Lo tienes todo bajo control?—Es una bestia, es más predecible que un elefante crecido en cautiverio. —Mi respuesta parece convencerla, se mueve para besarme.—Si no me gustaran tanto las vergas, mandaría al diablo a Diego y te cogería todos los días, —me deja claro. Yo sonrío, el sentimiento es mutuo.—¿Cómo es que consigues alargar tanto el hecho de comerte una verga entera? —Me interroga.—Quiero casarme virgen, —le digo, ella me planta un nuevo beso.—Te he comido tantas veces la raja que tengo dudas que a estas alturas aún seas virgen, —yo dejo escapar una risa ruidosa. Ella vuelve a su posición anterior.—¿Te lo cogerías? —Le pregunto.—¿A Lucas?—Sí, —le respondo mientras trato de detener sus manos que intentan llegar hasta mis tetas.—No, tengo mejores opciones.—¿Al Innombrable? —Le indico mientras me poso sobre ella. Después de una risa que me dice que evalúa la posibilidad me contesta.—Se que podría, —dice a la vez que dibuja su hermosa sonrisa perversa.—¿Y a Enrique?—¡NO! Es tu novio.—¿Y si no lo fuese?—¡Por favor! Es un puto moja bragas —le sonrío.—¿A Elías? —contesta que sí con una sonrisa.—¿A Martín? —simula una felación con su boca como respuesta.—¿A Matías?—¡Joder! Dos veces al día y tres los domingos.—¿A Pablo? —se cansa de mis preguntas y me hala para callarme con un beso. Después de 5 segundos puedo librarme de su boca, respiro con dificultad y consigo ahogar mi risa en sus redondos pechos. Ella me habla después de besar mi cabello.—¿Te das cuenta que pronto nos casaremos, tendremos hijos rebeldes y tomaremos el lugar de nuestras madres?—Todo es tan catastrófico, —le digo con mi voz ahogada por sus hermosas tetas.—¿Y si disfrutamos hasta los 40, y después nos juntamos con niñatos de 20 con los cuales nos divorciaremos a los 50 para después adoptar gatos que devorarán nuestros cuerpos cuando una noche fría de invierno, a los 80 años, muramos congeladas?—Todo es tan catastrófico, —le repito con mi voz aún ahogada en sus suaves volcanes, y ante un silencio que se filtra en nuestra conversación elijo permanecer descansando en sus delicados melones que ciertamente huelen a frutas frescas de cosecha de invierno.—Creo que debemos hacer algo, —dice varios segundos después para romper la calma que me trae su cuerpo.—¿Qué?—¿Recuerdas la prisión ...
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