Kepa y Kike - Relatos Eróticos

Kepa y Kike

... sábado de playa en agosto pasado. Pero también le dijo que ese sábado de agosto Ikerne y él habían estado en el cine y habían tenido un “bonito rollo” con una chica gipuzkoana de Hondarribia llamada Yoli, primero en el cine y por la noche en el apartamento donde pasaba unos días de vacación la hondarribitarra, que también fue a la cena con ellos dos.

Kepa le dijo que el rato que habían pasado en la cama había disfrutado como nunca en su vida y que estaba deseoso de comerle su cuerpo a besos. Regresaron a la cama y esta vez el activo fue Kepa que más o menos fue haciendo con Kike lo que Kike había hecho anteriormente con su cuerpo. Le besó en la frente, en los ojos, en las orejas; saboreó sus labios y su lengua, recorrió el camino de ida y vuelta de un pezón a otro y viceversa; su vientre le pareció un magnífico jardín donde reposar su cabeza mientras con la mano derecha acariciaba su pene duro como una roca, caliente y agradable al tacto, prometedor y llamativo. Miraba a la polla de Kike y pensaba como sería una penetración en su culo y que sensaciones le podría llegar a provocar. Kike acariciaba su cabeza y parte de su cuerpo; quiso tocar la polla de Kepa pero no la alcanzó y se concentró en su espalda recorriendo su columna de arriba abajo provocando agradables sensaciones en su compañero de juegos.

Kepa se apoderó con su boca de toda la polla de Kike y con ella estuvo jugando durante unos minutos, mientras con su mano izquierda inspeccionaba y tocaba la zona perineal y el ano de Kike, quién presa de una excitación electrizante, se revolvía en las sábanas y giraba su cabeza de un lado a otro, disfrutando de la situación tan lujuriosa y sensual que estaban protagonizando. Se decidió a jugar con su lengua en el ano de Kike. La piel y los surcos que conducían a lo que parecía ser un cono volcánico invertido, se le antojaron caminos hacia una tierra desconocida que era necesario explorar. Paseó su lengua de aquí para allá, de norte a sur y de oeste a este.

Hurgó con ella primeramente con suavidad y luego con más ahínco hacia el interior del volcán y aunque al principio la musculatura anal oponía resistencia, poco a poco se fue relajando y permitió que las acometidas con la lengua fuesen cada vez más fáciles de realizar. Cuando Kike ya no podía más y creía que iba a estallar en un orgasmo salvaje, Kepa, que estaba siendo consciente del alto grado de excitación de su compañero de juegos, cesó repentinamente con su lengueteo anal y con su masturbación peneana, para levantarse, ponerse frente a Kike y masturbarse delante de él. Muy pronto Kike se incorporó, tomo el pene de Kepa en sus manos y lo engulló en su boca. Al poco tiempo, le pidió a Kepa que se tumbase boca arriba para hacer un 69. Sacó de un neceser un pequeño consolador que ya venía bien lubricado, se lo entregó a Kepa y le dijo que jugase con el en su ano. La tensión y la excitación, se habían relajado un poco y eso dio pie a que el 69 comenzase de manera muy suave. Kepa volvió a ...