Kepa y Kike - Relatos Eróticos

Kepa y Kike

... pezones y se los besó, se los lamió y se los mordisqueó suavemente. Kepa se dejaba hacer y disfrutaba como un niño con zapatos nuevos. Nunca un hombre le había hecho lo que le estaba haciendo Kike. Siguió hacia abajo, recorrió su abdomen y su barbilla chocó con su polla. Soltó las muñecas de Kepa. Éste acarició con sus manos la cabeza de Kike mientras notaba su lengua y su boca jugar con su polla. Separó todo lo que pudo las piernas de Kepa, acarició con sus manos, con su boca y con su lengua sus testículos y la zona del perineo, cosa que produjo una sobre estimulación en Kepa, que levantaba la cabeza para ver lo que Kike le hacía. Kike siguió viaje hacia el sur y fue a parar con su lengua al ano de Kepa, donde se entretuvo durante un par de minutos. Los gemidos de la boca de Kepa y los espasmos de su cuerpo, lo transportaban a un estado de casi inconsciencia por la excitación y el placer que le producían. Con su mano izquierda Kike asió la polla de Kepa y se la chupó con una destreza absoluta. Recorría sus doce o quince centímetros como si fueran un cohete en la rampa de lanzamiento, tal era la dureza y el grosor de su enhiesto pene.

Cuando Kike puso uno de sus dedos bien ensalivado en el ano de Kepa y presionó hasta introducir su primera falange en su agujero y le masturbó con cierto ritmo su polla, Kepa alcanzó su punto de no retorno y estalló en un orgasmo que soltó un chorro de esperma tan alto y tan potente, que le cayó a su propia cara. Sus espasmos fueron espectaculares y Kike disfrutó viendo el placer que estaba sintiendo su compañero de cama. Llegó la calma. Kike volvió a meterse la polla de Kepa en su boca y se merendó la parte de esperma que allí quedaba.

Se asearon y disfrutaron de unas cervezas mientras hablaban del plan inmediato para lo que quedaba de tarde. Kepa le preguntó a Kike sin tenía intención de volverse a Gasteiz como el sábado anterior. Kike le respondió que todo dependía de él. Había pagado de antemano la habitación hasta las 12,00 horas del domingo. Si Kepa aceptaba pasar la noche juntos, se quedaba; en caso contrario, se volvería a Gasteiz pero sin prisa, puesto que no había quedado con Ikerne.

Kepa le dijo que aceptaba pasar la noche juntos pero que quería ser copartícipe de los gastos del hotel, de la cena, etc. Kike le dijo que ni hablar; él era su invitado y daba por zanjada la cuestión.

Se levantó del sofá, tomo su móvil y reservó una mesa en un restaurante que conocía a las afueras de Miarritze. Durante el tiempo que duró la conversación, permaneció en pie delante de Kepa completamente desnudo. Kepa, no le quitó ojo! Tenía un cuerpo bastante estilizado y disfrutó de la visión del mismo, donde destacaban sus glúteos y especialmente su polla, que a pesar de estar en calma, aparecía atractiva y seductora.

Kepa le preguntó si había estado cenando anteriormente en dicho restaurante con algún otro hombre y para su asombro le respondió que no, que allí cenó una noche con Ikerne, tras haber pasado un ...