1. Hago que mi cuñado me folle por error


    Fecha: 03/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Ayra Ross, Fuente: TodoRelatos

    La luna de miel de mi hermana debería de haber sido una experiencia inolvidable, y de hecho lo fue, pero no para ella.
    
    Nada más bajar del avión, Belén llamó furiosa a mis padres. No quería volver a casa con su marido. No de momento.
    
    Algo había pasado entre ellos, y aunque la curiosidad me carcomía por dentro, no pregunté nada cuando bajó del coche de papá y cruzó toda la casa hasta su habitación sin decir una palabra.
    
    Mi padre entró después y mi madre se asomó por la puerta de la cocina.
    
    —¿Qué ha pasado? —le susurró.
    
    Mi padre se encogió de hombros.
    
    —Solo lo ha insultado un par de veces, pero no ha dicho nada más sobre la luna de miel.
    
    Mi madre se sacudió las manos en el delantal, restándole importancia.
    
    —En nada estarán bien de nuevo.
    
    Jorge; su marido, era del tipo serio y distante. Apenas sabíamos lo justo de él, pero no parecía de aquellos de los que cometían errores. Parecía más de los que piensan meticulosamente en cada acción y sus consecuencias. Por ello ninguno en la familia tenemos buenas opiniones sobre él. Sobre todo yo.
    
    Demasiado frío y calculador. Y con demasiados secretos, incluso para mi hermana.
    
    Me mordí el labio y me giré de nuevo hacia la tele, recostandome en el respaldo del sofá.
    
    Tenía que enterarme de que había pasado.
    
    Los días pasaron y, aunque Belén parecía menos enfadada, no había comentado nada sobre el viaje.
    
    Mis padres se habían encargado de mantenerla entretenida llevándola a pasear o de compras, y yo los había acompañado la mayoría de veces, pero hoy quería quedarme en casa. Necesitaba un tiempo a solas.
    
    Nada más escuchar la puerta de la entrada corrí a mi habitación y pasé el pestillo.
    
    Llevaba días sin poder hacerme una paja en condiciones.
    
    La habitación de mi hermana era la contigua a la mía y sí usaba mis juguetitos ella podría escucharlos, al igual que mis gemidos, así que me había tenido que conformar con mis dedos y mordiendo la almohada.
    
    Giré la caja donde los guardaba sobre la cama y cayeron con un sonido hueco unos sobre otros. Tenía una muy gran variedad.
    
    Me tumbé en la cama justo enfrente del espejo de la pared, rodeada de todos mis juguetes, y me despojé de todas mis prendas.
    
    Abrí mis piernas y la húmedad en mi coño brilló con la lámpara del techo.
    
    Tomé el primer vibrador y lo acerqué a mi clítoris hinchado y rosado. Me retorcí sobre la sábanas y los gemidos escaparon de mi boca, cortos y suaves.
    
    Cogí un gran plug del montón y tras llenarlo de lubricante lo restregué en mi ano, empujando más fuerte por cada vez que lo pasaba por encima, hasta entrar por completo.
    
    Chillé mientras me pellizcaba los pezones.
    
    Más, necesitaba más.
    
    Sin quitar el vibrador de mi clítoris me llevé un par de dedos a la vagina, y poco a poco los fui metiendo, como si fuera alguien quien estuviera jugando conmigo, provocándome, pero entonces el tono de llamada de un teléfono resonó en el pasillo, y toda aquella excitación se convirtió en enfado.
    
    —Justo ahora ...
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