1. EL PODER DE LOS DESEOS. (9).


    Fecha: 02/09/2024, Categorías: Fantasías Eróticas Gays Incesto Autor: GUILLEOS1, Fuente: SexoSinTabues30

    PAULA – LA CARPETA II. (9).
    
    No llegué a salir por“las puertitas”, enseguida recordé que tenía la llave y regresé para entrar por la puerta del frente, lo encontré sentado, estaba jugando a los juegos de la computadora y me agradó que dejara todo y corriera a abrazarme, su trompita se lanzó a mi boca y le devoré los labios sosteniéndolo por las nalgas a las que apreté y, si alguna duda me daba vueltas en la cabeza, la desestimé de inmediato,“tengo ganas y estoy limpito” me dijo al dejar de besarme-. Su cara y mirada trasuntaba todo el deseo renacido y la verga se me puso a mil,“bueno, vengo a darte gusto, primero te cojo, después comemos y luego vamos a ver a tu mamá, pero primero sacate el short y subí las escaleras delante de mí, quiero ver bien el culito que voy a perforar”. No tardó nada, lo hizo con gracia y caminó delante moviendo las nalgas con gracia y una deliciosa afectación.
    
    Me desnudé yo sólo mientras lo miraba arrodillado sobre su cama y parando el culito para hacérmelo desear, en realidad, no tenía por qué hacerlo, mi verga ya había decidido y las neuronas estaban prisioneras del glande.“¡Faaa, está enorme!”, -dijo tomándola con las dos manos y acercando su boca-. Yo me senté apoyando la espalda en el respaldo y le señalé la verga, él sabía lo que debía hacer, comenzó lamiendo todo el precum y absorbiendo todo el glande como si su boquita fuera una sopapa, después se largó a tragar.
    
    En un momento ya no me pudo mirar y tosió un par de veces, teniendo algunas arcadas cuando pasaba de la mitad, pero seguía intentando y mis sensaciones eran hermosas, su saliva ya mojaba mis huevos y lo hice poner de costado para tener sus nalgas a mano. Allí no había necesidad de dedos, el plug tenía su culito suficientemente dilatado y lo moví entrándolo y sacándolo, algo queFederico aguantó a la vez que sus gemidos se hacían reiterados y tembló sin esperarlo.“Meteme tu verga”, -pidió dejando de mamar y yo no quería ni había ido a perder tiempo-.
    
    También le quería ver bien la cara cuando mi verga entraba en sus tripas porque,“deseos” o no de por medio, él podía aguantar sus gritos, pero el dolor de la penetración lo experimentaba igual y a mí me encantaba que la sintieran, entonces le dije que se sentara encima y se la metiera él. Enseguida se acomodó, se sacó el plug él mismo y colocó el glande en su agujerito,“acariciame la cola mientras me la estás metiendo”, -me pidió antes de prenderse a mi boca y dejarse caer lentamente-. Un cuarto de pija entró sin problemas, la dilatación anterior ayudaba, pero desde ahí en adelante, la historia se complicó, dejó de besarme y en la cara ya no se vieron gestos eran rictus de dolor, se mordía los labios, abría los ojos grandes, se quejaba quedamente, pero no detuvo su descenso hasta que apoyó sus nalgas en mis muslos y se puso a temblar como con escalofríos.
    
    “Esperá un poquito, mi culito me duele mucho”, -pidió con la voz estrangulada y me quedé quieto firmemente instalado en el fondo de sus ...
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