Las aventuras de Benito y su perro Husme.- 4 - Relatos Eróticos

Las aventuras de Benito y su perro Husme.- 4

... “husme” ya había olfateado, se quitó la camiseta y se quedó completamente desnuda, y echándose encima de Benito, y poniéndole sus dos tetas sobre su hombro, empezó a morderle el lóbulo de la oreja y a manosearle el paquete, que lógicamente en aquellos momentos estaba en el máximo apogeo, no solo del momento sino de toda su vida. Quizás por esas mismas caricias, tanto en su pabellón auditivo como en su miembro reproductor, Benito se afano en sus lamidas en la extremidad inferior y en las caricias en el chochete de Patricia, entrando en ese momento su dedo en contacto con el clítoris y haciendo que la joven se contrajese en una convulsión tremenda.

Benito al comprobar que “husme” ya no iba de una a otra, sino que se había quedado delante de Sandra, se dio cuenta de que había conseguido que Patricia se corriese, y si en su fuero interno estaba eufórico, lo que le dijo la otra hermana susurrándole en el oído lo acabo de llevar al paraíso, pues le decía:

- Ahora tendrás que follarnos a las dos, primero a mí y luego a Patricia. ¿Tú crees que podrás complacernos a ambas?

- Creo que después de esto, soy capaz de cualquier cosa. ¿Te has dado cuenta de cómo ha disfrutado tu hermana? – dijo Benito con una seguridad que su logro le había proporcionado – Y con vosotras, que supongo colaborareis conmigo dándoos placer mutuo, espero tener los momentos más intensos y hermosos de mi vida.

- Pues dale, que yo como tú dices voy a empezar a colaborar. – dijo Sandra quitándole los leggins de los tobillos a Patricia y lanzándose de cabeza entre las piernas de su hermana empezó a comerle el coño como una posesa, y entre lamida y lamida le dijo – Aprovecha que tengo el culo en pompa y el coño completamente lubricado.

Sin dudarlo, Benito se quitó sus pantalones y con su cipote cimbreando se acercó al trasero de la hermana mayor, pero en lugar de ensartarla empezó a comerle el chichi con una voracidad desatada, sobre todo teniendo la certeza de que tanto a Sara como a Matilde les había encantado. Tras varios minutos en semejante posición, tanto Sandra como Patricia, las dos casi al alimón volvieron a correrse, pero esta vez gritando y resollando, gritos a los que se unió “husme” aullando totalmente feliz.

Se pusieron los tres de pie, Sandra completamente en bolas, Patricia solo con el top que le tapaba sus tetas, y Benito con los pantalones en los tobillos y su polla tiesa como una estaca. Fue Patricia ante la sorpresa de su hermana y por supuesto del propio Benito la que, viendo la erección que tenía, se puso en cuclillas y empezó a darle una mamada descomunal agarrándole los cachetes de su culo con una enorme fuerza e impidiendo que se moviese, a la vez que le atravesaba con su mirada acerada mirándole desde abajo. De pronto Benito le toco suavemente la cabeza a la vez que le decía que iba a correrse de forma inminente, pero aquella especie de ángel tolerante y generoso, le guiño un ojo y apretó aun con más fuerza sus glúteos, haciendo que su semen ...