1. Ya soy el puto del equipo (II)


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    Jaime me dio lo mejor, pero me engañó.
    
    — ¿Estuvo bueno el partido de ayer?
    
    Oí que me decía Jaime por mi espalda. Reconocí su voz, me puse a temblar y pensé: «ya se sabe». No me daba pena que Jaime lo supiera porque yo deseaba tenerlo en mi culo, pero que se rumoreara sí me preocupaba, pues me asustaba el qué podrían pensar de mí y si con eso se acababa mi futbol, y si con esto se acababa el vestuario, y si con esto mis ojos dejaban de ver lo que buscaba, y…, me iba haciendo un lío.
    
    Jaime me agarró del cuello poniendo su brazo por detrás y pellizcaba suavemente mi cara:
    
    — Doroteo, dime cómo acabó el partido de ayer…
    
    Me gustó que me llamara por el nombre, todos me llamaban flaco, flacucho, delgaducho o «eh, tú». Que Jaime me dijera el nombre mío y todo entero hizo que entrara en confianza y me gustó. Le miré a la cara y ganas tenía de darle un beso, pero me contuve.
    
    — Jaime, ayer no hubo partido, sino entrenamiento, pero no viniste.
    
    — No tenía ganas y aprovechando la amenaza de huelga o paro o esto que se aproxima, me puse a pasear y te vi que salías detrás de Abelardo, cuando ya otros hacía tiempo que habían salido…
    
    — Yo siempre salgo tarde, tras recoger los materiales…
    
    — Eso es cierto, no te preocupes si no quieres no me cuentes, pero está bueno este Abelardo, ¿no te parece?
    
    Me quedé quieto sin caminar y le pregunté:
    
    — ¿Qué te ha dicho?
    
    Me respondió:
    
    — Luego, sí ha habido algo, ¿no?
    
    — Por fa, Jaime, deja a Abelardo tranquilo y dime de verdad qué quieres, —respondí.
    
    — ¿Qué piensas tú de mí? Dímelo, dímelo, no pasa nada, —dijo Jaime.
    
    — Pues…, verás, no sé, pero…
    
    — Dímelo, no te preocupes, queda entre nosotros, —insistió Jaime.
    
    — Si te digo lo que pienso igual me darías una paliza, prefiero no decirte nada…
    
    — Doroteo, por favor, no te pegaría por nada del mundo, quiero que me hables y me digas qué piensas de mí, me caes bien y quiero ser tu amigo…
    
    — ¿Luego me dirás lo que piensas tú de mí?, —le pregunté.
    
    — Te lo digo ya… Me gustas, Doroteo, me gustas…
    
    Miré a diestro y siniestro y sorpresivamente le di un beso a la cara, muy cerca de los labios y le dije:
    
    — Yo pienso que eres fenomenal, juegas muy bien al futbol, tienes unas piernas preciosas, tu cara es bonita y tienes un pene que baila fenomenalmente.
    
    — ¿Eso es lo que piensas de mí, Doroteo?, ¿de verdad?
    
    — No.
    
    — ¿No?, —dijo abriendo del todos los ojos y formando una uve invertida muy graciosa con las cejas.
    
    — Eso no es todo…
    
    — Ah, entonces ¿qué más…?
    
    — Que eres provocativo, que no tienes vergüenza de ir desnudo porque te paseas en los vestuarios bailando tu polla, que eres genial, que tienes un cuerpo divino, bien definido que bien pudiera ser de algún dios del Olimpo, eres imponente, que me gustas y que deseo que un día tu polla esté en mi culo para darme gusto…; si esto último no te gusta, lo borras de tu mente, pero me has preguntado insistente en qué pienso, aunque también sé que eres un tanto malvado y ...
«1234...7»