1. Ya soy el puto del equipo (II)


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Gays Autor: janpaul, Fuente: CuentoRelatos

    ... polla sin cesar dado el placer que me producía la suavidad. Inopinadamente nos dimos un vuelco en el sofá y nos pusimos en 69, pero Jaime seguía con su jockstraps que no me permitía sacar para liberar su polla, entonces entendí que quería que me comiera su culo. Lo miré, lo olí y estaba muy limpio y perfumado. Me quiso sorprender y lo consiguió. Me puse a lamerle el culo, tan limpio y sin pelos, suave como la seda y el se comía mi polla.
    
    Como Jaime llevaba la iniciativa, me puse a obedecer. Pero todo parecía que yo no iba a ser el pasivo de abajo sino el pasivo de arriba, porque me estaba comiendo la polla como para ponerla muy dura e hincharla, ya que la comía horrible, con dentelladas de vez en cuando, pero yo no me quejaba porque me producía peculiar placer no vivido hasta ese momento. Para mí parecía que el mundo se había revuelto y todos los estereotipos tantas veces dichos se caían como pétalos de flores marchitas. Mí lengua y dedos iban trabajando en el culo de Jaime y escuchaba sus fuertes gemidos como de puta ardiendo. Metí la lengua adentro, aunque no ta tengo muy larga es bastante puntiaguda y en base al ejercicio penetra fuerte y me la capturaba cerrando su esfínter. Entonces metía dedo para liberarme y poco a poco conseguí meter tres dedos y pudo añadir otro, pero Jaime me empujo y me echó sobre la alfombra.
    
    Se bajó del sofá y se tumbó de espaldas poniéndose dos cojines del sofá bajo su cadera y me dijo:
    
    — ¡Rápido, maricón, echa tu polla de inmediato, antes de que me cierre!
    
    Cogí sus tobillos cada pie en una mano y me lo monté a los hombros, para levantar su culo y puse mi polla en la puerta de su ano. Iba haciendo amagos de penetrar pero con la intención de acostumbrarlo y me gritó:
    
    — ¡¡Déjate de mariconadas, puto, deja esas mierdas, maricón, y métela!!
    
    Encabronado me puse y me dolió lo que me decía y me gritaba y entonces la puse derecha en su ano y empujé fuerte, tan fuerte que entré, gritó, se quejaba:
    
    — ¡¡Bruto maricón, puto animal, vete con cuidado que me rompes!!
    
    No le hice caso y como me iba diciendo otras cosas que ni recuerdo, iba hiriendo mi corazón y llegué hasta el final, por más que yo empujaba ya no entraba y le vi medio morado y llorando. Me quedé quieto, pero sin preocupación sino medio enfadado y con ganas de continuar hasta matarlo. Por fin se movió, me sonrió y me dijo suplicante:
    
    — Anda, amigo, qué bueno has estado, ahora, por favor, fóllame todo lo más que puedas. Inicie el mete y saca lento pero eché dos escupitajos a la entrada de su culo e iba poco a poco tomando carrerilla, hasta que ya fue a tope; yo mismo, mientras sudaba y sentía en mi espalda correr el sudor que me animaba a más, sacaba mi polla, aun siendo larga, de golpe y de golpe la metía, la sacaba entera y a él lo vi gozar, hasta que en una embestida en profundidad, se fue contra mi cara y mi pecho echando todo su semen que a su vez iba cayendo incluso encima de él. A los labios me cayó un acúmulo de líquido seminal como ...
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