1. Mensaje equivocado


    Fecha: 01/09/2024, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... ti.
    
    Antonio llevaba desde siempre, desde que despertó sexualmente, deseando a su madre. Y ahora vio la oportunidad de confesárselo.
    
    -Pero...hijo. Eso no puede ser. Soy tu madre - respondió Clara, acariciando otra vez su coño con suavidad.
    
    -Lo sé. Pero eso no hace que deje de desearte menos. Quizás por eso me gusten las mujeres mayores que yo.
    
    -Esto está mal, Antonio. No es correcto.
    
    -Ya lo sé, mamá. Ya lo sé. Pero correcto o no, ahora mismo tengo la polla dura y me estoy haciendo una paja pensando en ti. Imaginando que la del video eres tú. Que la que me come la polla eres tú. Y que la que sonríe mientras me corro en su cara, eres tú.
    
    Clara apretó los dedos sobre su inflamado clítoris. Sabía que se iba a correr. Nada podía impedirlo. Y si lo hacía en la cama su marido lo iba a notar, por lo que se levantó y sin encender la luz ni sacar la mano de entre sus piernas, salió a toda prisa del dormitorio y se metió en el baño. Allí, apoyada contra la puerta, se corrió, notando como su coño expulsaba jugos como si se estuviese orinado. No pudo sostener su peso y su cuerpo resbaló por la puerta hasta quedar sentada en el frío suelo del baño. Le llegó su olor, olor a mujer. Notó el sabor de su sangre en los labios. Se los había mordido con tanta fuerza para no gritar que los hizo sangrar.
    
    El teléfono vibró. Lo miró, aún con espasmos recorriendo su cuerpo.
    
    -Mamá... estoy a punto de correrme. De correrme para ti. ¿Quieres verlo? ¿Quieres ver como estallo por ti?
    
    Clara no tenía fuerzas para escribir. Una parte de su ser quería responder que sí, pero su otro yo, gritaba que no.
    
    Antonio no esperó más que unos pocos segundos la respuesta de su madre, y como ésta no llegaba, le hizo una video llamada. Cuando ella la vio, supo lo que vería si la aceptaba. Solo tenía que mover un dedo y pulsar sobre el botón verde o el botón rojo.
    
    Pulsó el verde.
    
    Ante ella apareció un primer plano de la mano de su hijo subiendo y bajando a lo largo de su dura polla. Él tenía las luces encendidas, por lo que la imagen era clara. Antonio a ella apenas podría verla, ya que estaba en plena oscuridad, solo iluminada por la luz del teléfono. Pero de todas maneras, no la miraba. Estaba concentrado en que su madre viera bien su paja. El saber que ella estaba a escasos metros viendo como se tocaba lo llevó en pocos segundos al culmen del placer.
    
    Clara contempló extasiada como el cuerpo de Antonio se tensaba y como de su poderosa polla salía disparado un enorme latigazo de semen, seguido por varios más, hasta que los últimos, ya con menos fuerza, bajaban por la mano de su hijo. Cuando aquella impresionante corrida terminó, Clara se corrió por última vez esa noche.
    
    Antonio le mostró su pecho, manchado ahora por el fruto de su intenso placer. Luego él se acercó el teléfono a la cara y empezó a hablar. Clara no lo oía, ya que seguía con el móvil en silencio.
    
    Llena de remordimientos, cortó la video llamada.
    
    -Antonio... -le escribió
    
    -Dime ...
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